Hola chichis!!! Estaba planteándome si hacer uno o varios posts sobre todo lo que se va a mover ahí arriba estos días, pero finalmente, como son eventos astrológicos totalmente hilados entre sí, me he decidido a condensar la información aquí, para que podáis tener una visión amplia de todo el panorama.
Venimos de tiempos movidos, y ahora, ¡se mueven más! Solo que en una dirección diferente a la que venimos trayendo todo el mes. Si hasta ahora hemos estado atravesando dinámicas bastante aéreas, ahora vienen unos días marcadamente acuáticos, sensibles, intuitivos, que no podrían cuadrar mejor con la magia del solsticio y la noche de San Juan, que coincide con la Luna Llena y el fin de la temporada de eclipses. Vamos a empezar por el principio.
Júpiter entra retrógrado el 20 de junio
Júpiter entró en Piscis el 13 de mayo, y hasta ahora se ha sumergido de lleno en las aguas piscianas, mirando hacia amplios horizontes. Sin embargo, el 20 de junio entra retrógrado en el grado 2 del signo, y a partir de este momento regresará lentamente a la inestable costa acuariana.
Júpiter entrará en Acuario nuevamente el 28 de julio, y permanecerá ahí hasta el 29 de diciembre. Así que a finales de julio regresaremos a la mirada más racional, acelerada, ingeniosa y ágil que hemos estado teniendo toda la primera mitad del año. Precisamente será en Acuario donde Júpiter entrará directo el 18 de octubre, dentro de una aparente eternidad.
Por ahora, desde el 20 de junio y hasta el 28 de julio, Júpiter retrógrado en Piscis nos invita con fuerza a revisar sueños, esperanzas, ilusiones y confusiones, con la intención de ayudarnos a integrar mejor los cabos sueltos de lo que hayamos estado anhelando desde el 13 de mayo.
Son de esperar grandes emociones exaltadas, y grandes reacciones emocionales para las que tal vez no hallemos demasiada explicación consciente.
Con todo ello, en cuanto Júpiter entre retro, la intuición y la sensibilidad tiñen con fuerza el paisaje, haciendo emerger grandes corazonadas, retrospectivas, nostalgias y sensaciones de asuntos pendientes que reclaman algún tipo de contemplación.
Neptuno retrógrado el 25 de junio
Solo 5 días después de que Júpiter entre retrógrado, Neptuno, el titán del océano, también entrará retro en el grado 23 de Piscis. Neptuno pasará retrógrado el resto de 2021, prácticamente, porque no será hasta el 1 de diciembre cuando entre directo en el grado 20 de Piscis.
Las retrogradaciones de Neptuno siempre son largas, y no se sienten tanto a nivel personal, pero, una vez más, quienes tengáis planetas en signos mutables (Géminis, Virgo, Sagitario o Piscis) viviréis de forma más directa todo esto.
Algo que albergábamos en nuestro interior, algo que escapaba a los nombres y que solo era una intuida nebulosa, sale de las profundidades como un regalo que devuelve el mar al retirarse.
Son días altamente inspiradores, en los que se ve favorecida la conexión con nuestro interior, y podemos descubrir el significado en los pequeños rituales cotidianos, dejándonos conmover con impresiones evocadoras, que nos abren la puerta a otros mundos.
Mercurio directo el 22 de junio
Es en este clima tan emocional cuando, por fin, Mercurio entrará directo el 22 de junio. Lo hará en el grado 16 de Géminis, así que nuevamente podemos esperar que el pequeño polstergeist del zodíaco haga de las suyas.
Si creíamos que Mercurio retro no nos había traído ninguna anécdota de las suyas esta vez, cuando Mercurio entre directo tendremos la oportunidad de descubrir ese mensaje que accidentalmente llegó a la bandeja de spam, esa nota que se traspapeló o aquel libro que habíamos perdido, por poner ejemplos.
Aunque Mercurio entre directo estará en un estado que denominamos estacionario, es decir, aún no se va a mover hacia delante como le es habitual.
Así que conviene esperar aún unos días, hasta el sábado 26 por lo menos, para asuntos importantes que requieran de claridad mercurial y atención al detalle.
¿Cómo nos afectan estos planetas cambiando de dinámica?
El ánimo de estos días es sumamente sensible, con los dos planetas más piscianos entrando retrógrados prácticamente a la vez, y en su signo. El elemento Agua nos inunda, metafóricamente y, tal vez, de forma real. No sería la primera vez que los movimientos de Neptuno, por ejemplo, suscitan alguna que otra sorpresa de cara a pequeñas o medianas inundaciones.
Sea como sea, estaremos nadando en algo que se puede sentir muy inconsciente, intuitivo, poco racional.
Y, sin embargo, abriendo un viaje interior de confusiones y hallazgos laberínticos en el que nos encontramos a nosotras mismas sumidas en algo profundamente emocional, inspirador, empático, conciliador, sensible.
El hecho de que Mercurio entre directo también durante estos días sugiere que los dilemas ya no se viven tanto de cara a lo mental, a las ideas, a las contradicciones que podamos trasvasar a una lista de pros y contras. Los dilemas se llevan adentro, se digieren en algún lugar muy interno, y nacen vestidos de veladuras oníricas, poéticas, intuitivas. Y es en este panorama cuando se da el Solsticio, uno de los momentos más mágicos y simbólicos del año.
El Solsticio de Cáncer
El Sol entra en Cáncer el 21 de junio, y como cada ocasión en que el Sol entra en un signo cardinal, con ello inauguramos una nueva estación. Así que feliz invierno para quienes viváis en el Hemisferio Sur, y feliz verano para quienes viváis en el Hemisferio Norte.
El comienzo de estación es siempre un momento cargado de potencial: el comienzo de un nuevo ciclo dentro del año, y por tanto un momento considerado tradicionalmente sagrado, renovador del eterno y misterioso ciclo de la vida. Es por ello que todas las culturas han dado un significado al cambio de las estaciones, creando rituales con los que darle la bienvenida.
Los solsticios son los momentos del año en que la diferencia entre las horas de luz y de oscuridad es máxima, y de ahí nace la carga simbólica de estas fechas.
Puesto que son un punto de inflexión en la desigualdad de la noche y el día, generalmente los rituales realizados en los solsticios buscaban fortalecer al Sol encendiendo fuegos y luces, alimentándolo para que continuara brillando cada día. Es algo sencillo y hermoso, si lo pensamos: queremos acompañar a nuestra estrella en el trance anual por el que se debilita o fortalece su luz, cuidándola para que nos cuide, para que sostenga los ciclos de la naturaleza.
Este solsticio se dará, como os decía, el 21 de junio, en un contexto sumamente acuático. Cuando el Sol entre en Cáncer va a hacer un trígono poderoso a Júpiter, que entra retro el día anterior. Además, el mismo día del solsticio, Venus en Cáncer hará un trígono exacto a Neptuno. Y también tendremos a la Luna, casi Llena, en Escorpio, formando un gran trígono de Agua con ellos. Algo está claro, y es que: las emociones fluyen a borbotones esos días. Pero eso no es todo.
La magia astrológica del solsticio
Visto desde la tierra, el Sol parece dibujar líneas de luz sobre el firmamento, describiendo un arco único cada día. Si dibujáramos en el cielo todas las líneas que traza el Sol, de cada amanecer a cada ocaso, veríamos que esas líneas siempre se desplazan un poco más abajo o más arriba, dibujando un abanico que se amplía o reduce conforme a las horas de luz que disfrutamos cada día. En los solsticios, esta dinámica del Sol se interrumpe. Y en parte por eso los solsticios son días especiales.
Una vez el Sol entra en Cáncer, recorre, durante tres días, la misma línea sobre el firmamento, describiendo exactamente el mismo recorrido aparente sobre el cielo, sin desplazarse.
De ahí que sea tres días después del solsticio, en esta ocasión el 24 de junio, cuando se celebran las fiestas de San Juan, o la Noche de Brujas, aunque sé que en cada país tiene diferentes nombres, en algunos se celebra el 23 y en otros el 24. Pero, astrológicamente, este 2021, es el 24.
Rituales de San Juan o la Noche de Brujas
Se trata de una fecha brujil por excelencia, porque es la única del año que se da bajo el amparo del Sol en Cáncer, el signo de la Luna, del origen, la raíz, la intuición y la sensibilidad. La Noche de Brujas es un momento en el que encendemos hogueras y fogatas en todas las esquinas del mundo, tratando con ello de revitalizar, metafóricamente, el brillo del Sol.
Esta Noche de Brujas da fin a la temporada de eclipses, porque ¡se dará con Luna Llena!
Es el momento ideal para creer o, al menos, jugar a creer. Echarnos las cartas, leer la buena fortuna, o, como me enseñaron mis abuelas, pedir deseos a medianoche con una ramita de romero bajo la almohada, ofreciendo flores y frutos al mar, tomando un baño en la naturaleza o conjurando deseos ante la hoguera.
Incluso las personas más racionales y reacias a la magia han vivido alguna vez, de forma comunitaria, las noches mágicas de San Juan, alumbradas por el fuego y la sensación de unión a la madre naturaleza que solo puede traer el comienzo de la temporada Cáncer.
¿Se nota que el solsticio de Cáncer es mi favorito? ¡Qué buenos recuerdos me trae! Por favor, contadme qué rituales de San Juan os enseñaron vuestras abuelas, y cuáles soléis hacer. Me encantan estas tradiciones basadas en los ciclos de la naturaleza. Volviendo a lo que nos atañe: ¡la Luna Llena!
Luna Llena en Capricornio
El 24 de junio tenemos Luna Llena en el grado 3 de Capricornio, justo tres días después del solsticio, en esta fecha poética y mágica, y rodeada de toda una atmósfera de pura agua e intensidad.
Con esta lunación por fin damos término a la temporada de eclipses, lo que significa que, después de todo un ciclo lunar que ha movilizado fuertemente nuestro inconsciente, y que ha catalizado importantes cambios a nivel interior y exterior, tendremos por fin una noche de Luna Llena que alumbra nuestra conciencia, ayudándonos a reconocer cómo han madurado los esfuerzos que hayamos hecho los últimos seis meses.
Lo que culmina en esta Luna Llena es algo que iniciamos alrededor del 13 de enero, con la última Luna Nueva en Capricornio. ¿Recordáis qué empezó esos días en que despertaba el 2021?
Aquella Luna Nueva en la que sembramos los procesos que culminan ahora, la Luna y el Sol se unieron sobre Plutón, así que de por sí traía una intensa voluntad de transformación que respondía a nuestros desafíos más presionantes del 2020.
¿Cómo hemos cambiado en estos meses de 2021 que ya llevamos a nuestras espaldas? ¿Qué estructuras, formas de vida, prioridades o esfuerzos hemos barajado durante este tiempo? Este 24 de junio, con esta Luna Llena, tenemos la oportunidad de reconocerlo.
Pero no desde un lugar intelectual, sino como algo que nace de nuestro interior, algo que en nuestros adentros podemos identificar sumamente diferente, como un cristal novedoso que tomó forma y ahora se muestra de forma transparente, invitando a reconocer cómo los derroteros de estos últimos seis meses han hecho un impacto en nuestra realidad emocional y práctica.
Claves de esta Luna Llena
Las luminarias, en este plenilunio, harán aspectos armónicos a Júpiter retro en Piscis, así que la retrospectiva, la nostalgia, la intuición y la mirada onírica tienen una gran presencia en este momento. La clave de estos aspectos es la integración: la integración de nuestras circunstancias, de los pasos recorridos, y la comprensión de dónde estamos ubicadas, y hacia dónde nos gustaría crecer.
Potencialmente, reconociendo qué forma han tomado las cosas, podremos visualizar otras oportunidades y anhelos que muevan la brújula más allá de nuestras limitaciones.
Todo ello, seguramente, con una intensa sensación de ser artífices de nuestro destino, como quien navega bajo las estrellas poniendo rumbo a un horizonte más estimulante, escapando de la cotidianeidad de nuestras presiones, responsabilidades y limitaciones, que ahora se harán más evidentes. Tareas pendientes, obstáculos y frustraciones pueden quedar al márgen, al menos momentáneamente, para abrir nuestras miras y trazar otras rutas de vida.
Esta Luna Llena, a pesar de darse en Capri, un signo sumamente práctico, viene cargada de ensoñación, inspiración; ilusión por lo que aún no es y estamos gestando. Puede ser un momento clarificador, en el que reconociendo lo que hemos construido hasta ahora, tracemos precisamente otras direcciones de progreso. También es posible que ahora cosechemos los frutos de nuestra creatividad y esfuerzo positivamente, atesorando lo logrado.
Romper el muro de contención
¿Qué nos impide crecer? ¿Algo se siente extenuante? ¿En qué estamos conteniendo el cambio, dónde estamos ofreciendo resistencia?
Alta tensión
No obstante, puede haber también muchas tensiones entre la presión o la expectativa externa y lo que, de hecho, sentimos que deseamos hacer.
El clima astral nos echa un cable
De un modo u otro, en esta Luna Llena hay algo que puede ayudarnos muchísimo: y es observar la realidad, los hechos, sin juzgarlos.
¿Qué vería una observadora externa si viniera a mi mundo y viera cómo está organizado el panorama que habito día a día? Ahora reconocemos mejor cuál es la forma que ha tomado nuestra vida, y a partir de ahí podemos hacer mucho para liberarnos de lo que haga falta, o para construir lo que sea necesario.
Lo que te dicta la emoción
Como hemos visto, con las retrogradaciones, el solsticio y la Luna Llena, tenemos unos días muy emocionales, exaltados, que bien pueden abrirnos a la conexión con nosotras mismas y aquello a lo que damos significado, bien pueden sentirse como un caudal que nos ahoga con su fluctuación aparentemente incontrolable de emociones.
La Luna Llena ayuda a arrojar luz a este panorama, llamando a observar la marejada emocional desde el territorio firme de Capricornio, de la observación objetiva de las cosas.
Si hasta ahora hemos planteado encrucijadas y debates internos en el mundo de lo mental, ahora hablan precisamente las emociones, las sensaciones que presentimos aún sin certeza. Y en este viaje interior que nos proponen los astros estos días, tocar a tierra y saber observar lo evidente puede resultar una valiosa clave.
De una forma u otra, creo que estos días podemos reconocer de una forma bastante singular, en una atmósfera astral bastante única, qué tenemos ahí dentro, qué hay ahí fuera, y cómo podemos batallar para unir esos dos mundos:
Para lograr que haya una correspondencia más saludable entre aquello que sentimos necesitar y aquello que, de hecho, estamos alimentando.
Espero que estos días vengan creativos, inspiradores y mágicos para vosotras! Feliz solsticio, feliz Luna Llena, y feliz San Juan!
Un abrazo grande!!!
Muchas gracias por este hermoso y detallado análisi de las energías disponibles.
ResponderEliminarGracias a ti por valorarlo!
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