Trabajar a Venus: placer y autoestima

 

Hola chichis!!! Este es un post algo diferente. Esta semana viene curiosa a nivel astral, porque el día 17 tenemos la primera cuadratura exacta del año entre Saturno y Urano, el día 18 el Sol entra en Piscis, y el 20 Mercurio entra directo. Eso puede sentirse bastante inestable y presionante, pero lo que demanda energía de nosotras esta semana puede ayudarnos a reconocer qué temáticas estaremos trabajando a lo largo del año. 

Como ya hemos hablado de estos tránsitos, me gustaría poner el foco en otro sitio, y aprovechar el clima de inestabilidad para hablar de lo que Venus nos enseña acerca de la seguridad personal, el placer y la autoestima. 

¿Qué tiene que ver freír un huevo con el amor?

Hace algún tiempo salí a cenar con una amiga psicóloga, y acabamos charlando con el cocinero del restaurante, un neoyorkino algo mayor que pronto desplegó un gigantesco abanico de anécdotas increíbles. Su secreto para llegar a ser tan excelente cocinero, según nos dijo, era la autoestima. Al fin y al cabo, ¿cómo freír un huevo si tememos romper la yema? 

Más adelante, charlando a solas con mi amiga, le comenté cuánto me había calado el comentario del cocinero acerca de la seguridad personal. Y ella, con su talante de psicóloga, me contestó: "Bueno, claro: todo tiene que ver con la autoestima".

Ya que estos días, al albor de San Valentín, se ha hablado tanto del omnipresente relato del amor romántico, y la necesidad de amar desde la autoestima, el respeto y la equidad, me gustaría aprovechar la ocasión para analizar qué dice Venus en todo esto. 

Venus es el planeta que rige el amor, pero su significado más profundo tiene que ver con la autoestima. Con el amor a nosotras mismas.

Más de doce rutas hacia la autoestima

El amor es diverso, y la vivencia de la autoestima también. ¿En qué signo está tu Venus natal? ¿En qué casa? ¿Qué aspectos forma? Todo eso señala de qué forma trabajamos la autoestima y la seguridad personal a lo largo de la vida, cómo nos relacionamos con el placer, el sentido de merecimiento o la serenidad.

Incluso si Venus recibe aspectos duros de parte de planetas complejos, o si está en una casa o signo que no encaja con sus atributos tradicionales, Venus es siempre Venus, y siempre cumple su función. Si nuestro Venus se encuentra aparentemente en dificultades, estas serán desafíos que nos acerquen a un Venus fuerte y consistente más adelante. 

Tengamos la carta que tengamos, podemos gozar de la vida.

A cada persona, Venus le propone un trabajo personal diferente, pero siempre orientado a ganar seguridad en nosotras mismas. Una seguridad desde la que gozar de una vida plena, placentera y amable. 

Las inseguridades son parte de una balanza equilibrada

No se trata de si tenemos o no autoestima. La autoestima no es algo innato ni permanente, y como todo lo demás, se vive con oscilaciones, dependiendo de nuestras circunstancias. No hay nada extraño ni necesariamente patológico en no estar gozando de un buen momento. Hay etapas para todo.

Venus en nuestra carta habla de nuestro potencial para honrar a la vida y, dentro de expectativas humanas y concretas, ser felices. 

O al menos todo lo felices que podemos ser, teniendo en cuenta la complejidad de nuestra naturaleza. Lo importante es no forzarnos en ese proceso, respetar el flujo saludable de experiencias y emociones que pasan por nosotras. 

Al fin y al cabo, las inseguridades son condición de vida. No se trata de negar nuestros miedos, inseguridades o emociones negativas, sino de entender que son parte de la vida, aceptar que forman parte del conjunto, y decidir cómo gestionarlas para que no nos bloqueen.

No deberíamos forzarnos a ser felices todo el tiempo, porque esa no es una expectativa realista. Pero tampoco deberíamos creer que vamos a ser infelices todo el tiempo, porque esa tampoco es una expectativa realista. 

Si algo nos enseñan los astros, es que la vida es dinámica, y todo se desarrolla a su debido tiempo. No obstante, hay algunas cosas que Venus puede enseñarnos para amarnos a nosotras mismas, y para disfrutar de la vida. 

¿Qué nos enseña Venus sobre la autoestima? 

La autoestima es, como os decía, el significado más profundo de Venus, pero a su alrededor hay toda una constelación de asuntos que nos pueden ayudar a respetarnos y amarnos a nosotras mismas. 

Valores

¿Qué amo? ¿Qué valoro por encima de lo demás? ¿Qué cualidades admiro? ¿Me doy espacio para desarrollar las cosas que verdaderamente me gustan, y dejo que formen parte de mi vida? Puede ser algo modesto o grandioso, pero si hay algo que amamos, ¿qué mejor forma de tenerlo cerca que desarrollándolo por nosotras mismas? 

Dignidad: darnos voz

Tenemos derecho a una vida digna, en la que respetemos nuestra forma de ser, y en la que tengamos espacio para ser quien somos, aceptando nuestra idiosincrasia. Más allá de lo que nos pida el entorno, es importante no dejar que nos vampiricen las expectativas ajenas, los cánones sociales o las expectativas poco realistas sobre lo que creemos que deberíamos ser. 

Sencillamente, porque no queremos pasarnos la vida simulando algo que ni fú ni fa. Dejarnos ser como somos enriquece el mundo.

La diversidad es hermosa. Y es importante encontrar nuestros propios parámetros de autovaloración, más allá de modelos inculcados.

Esto incluye vernos con realismo. A menudo se piensa que ser realista es ser presimista, pero esa es simplemente otra distorsión cultural muy arraigada, con una larga tradición. ¿Cuántas veces encarnamos cosas admirables que no sabemos reconocer, debido a una visión distorsionada de quién somos?

También es importante respetar nuestra voz, algo que también rige Venus: no pasar por encima de lo que tenemos que decir, o de lo que es importante para nuestra serenidad y nuestra seguridad. Expresarnos y tomar decisiones es una buena manera de gozar de una vida digna. 

Gustos y talentos

Cada persona es talentosa en algo, pero por desgracia, el contexto no siempre favorece que podamos descubrir en qué. A veces somos talentosas para cosas que no gozan de mucha prensa, o que socialmente no se valoran tanto. Pero lo importante es que vivamos nuestra vida en primera persona.  ¿Qué tenemos para ofrecer? A veces necesitamos vivir una enorme diversidad de cosas antes de descubrir dónde nos sentimos en casa. 

Permitirnos experimentar es importante para encontrar lo que nos gusta y lo que se nos da bien. Lo que nos hace sentir en armonía. 

Durante toda la vida asimilamos del contexto conceptos y valoraciones acerca de nosotras, o interiorizamos qué es lo que podemos o no hacer. ¿Y si yo tuviera un excelente oído musical, pero no lo sabía, porque nunca tuve acceso al estudio de la música? Permitirnos explorar lo que nos gusta es una puerta al descubrimiento de nuestros talentos. A la realización personal. 

Tener talento no es ser una genia de las matemáticas o de la pintura, como en las pelis, ni lograr un reconocimiento inmediato. Además, no tenemos únicamente un talento. Podemos tener talento para cultivar rosas, para hacer mazapán o para relajarnos practicando caligrafía, cosas muy concretas, y a la vez tener talento para los idiomas, o para la memoria fotográfica. 

Desarrollar nuestros talentos es disfrutar de lo que nos estimula serenamente, lo que nos hace sentir bien. Y a partir de ahí podemos descubrir cosas que nos apasionan y enriquecen. 

¿Vosotras creéis que yo de pequeñita quería ser astróloga? ¡No sabía ni lo que era eso! Pero si no hubiera dado mil vueltas, nunca habría encontrado esto, que me encanta. Eso no quiere decir que mi talento último sea la astrología. En este momento, lo es. Pero ¿quién sabe si dentro de veinte años mi felicidad vendrá de hacer perfumes, o de analizar partidas de baloncesto? 

Nuestros gustos cambian con el tiempo, y también nuestras habilidades cambian. Permitirnos hacer es la mejor forma de descubrir y desarrollar lo que nos hace sentir realizadas en cada estadio de nuestra vida.

Merecimiento

Todas las personas somos sociales e interdependientes, pero cuando se trata de amarnos a nosotras mismas, nuestra opinión de si merecemos o no amor depende solamente de nosotras. 

Si pensamos en alguien admirable, fuerte y, en definitiva, amable, también entendemos que sea quien sea tiene sus propias inseguridades y vulnerabilidades. Nosotras también las tenemos, y está bien que sea así. Pero ¿qué espacio damos a la inseguridad, al miedo o a la vulnerabilidad?

Ahí está Plutón, el planeta que rige a Escorpio, el signo opuesto y complementario de Tauro, el hogar de Venus. Plutón nos enseña que todas las personas tenemos cosa seria ahí dentro cuando se trata de miedo, dolor o vulnerabilidad. Pero Plutón no es negativo: de hecho, es el planeta del poder para transformar lo complejo en resiliencia, autoconocimiento y revitalización.

Es importante que valoremos positivamente las cosas que hemos superado, o nuestra gestión de la parte más difícil de la vida. Aquí no solo se trata de valorar lo positivo, o los resultados esperados, sino de valorar el trabajo que hacemos al confrontar lo que nos es difícil. 

Poner el foco en la experiencia, y no en los resultados, nos ayuda a gestionar de forma realista y resiliente el error o el fracaso, que son ley de vida.

Debemos dar un lugar al miedo, a la vulnerabilidad y a la negatividad, porque están ahí compensando la balanza. Estar en equilibrio no es un estado de pura felicidad, sino saber dar a nuestras monstruas un espacio propio, en el que podamos verlas, saber que están, y reconocer los patrones y desencadenantes que despiertan la inseguridad.

Una vez que ponemos en contexto lo que vivimos, y vemos de forma realista los desafíos que enfrentamos, no hay vuelta de hoja: todas estamos luchando. Y eso merece recompensarnos, sencillamente por amor. 

El perfeccionismo o la autoexigencia pueden trabar nuestro sentido de merecimiento, pero el realismo y la aceptación son buenas maneras de mantenerlos a raya. ¿Qué pasa si lo importante no es un resultado perfecto, sino transitar la vida disfrutando de las experiencias y enseñanzas que nos ofrece? 

Relaciones respetuosas

Naturalmente, Venus es también el planeta del amor, en un sentido amplio. Sobre todo, en cuanto a sociabilización. Cultivar nuestras relaciones personales requiere en muchas ocasiones mostrarnos como somos, con nuestras luces y sombras. 

Cuando cultivamos la confianza necesaria para mostrarnos, gestamos lazos fuertes de seguridad y disfrute que favorecen nuestra autoestima. 

Porque disfrutar de relaciones fuertes es también saber que podemos contar con la ayuda y el apoyo de otras personas. 

Y cuando sentimos que, pase lo que pase, podremos salir adelante, la serenidad de Venus favorece la autoestima.

Placer

Y por último, llegamos a algo importantísimo, crucial para entender todo lo relacionado con Venus. Venus habla de nuestros recursos materiales y, concretamente, del cuerpo, que es nuestro recurso material más importante. Venus habla de cómo nos relacionamos con el momento presente a través del cuerpo, dejando que la realidad estimule nuestros sentidos. Por eso Venus es el planeta del placer. 

Darnos atención y tiempo para disfrutar es un camino sencillo y seguro hacia la autoestima. Despertar nuestros sentidos, despertar el cuerpo, es fundamental para sentirnos bien. 

A veces disfrutamos mucho de algo, pero si lo repetimos hasta la saciedad podría dejar de estimular nuestros sentidos, porque la monotonía satura nuestra receptividad.

El secreto para estimular los sentidos podría ser la variedad. Al fin y al cabo, si tenemos un ambientador en la habitación en la que pasamos la mayor parte del tiempo, llega un momento en el que ni si quiera percibimos su olor, porque se normaliza. 

Entonces, ¿cómo fascinarnos una y otra vez por lo que nos gusta? ¿Cómo despertar nuestros sentidos para disfrutar a diario de las cosas sencillas?

Esto es algo que también se trabaja. Venus habla de la percepción sensual del instante: cambios de temperatura, aromas, sabores, texturas, cambios de luz y color... Si estamos constantemente en nuestros pensamientos, o si estamos estresadas, nos costará conectar con el placer que el presente nos ofrece. 

Venus rige el gozo sereno de la vida, y para disfrutar necesitamos cierto nivel de relajación y permeabilidad a lo que nos rodea. 

De ahí que cultivar la atención en el presente favorezca el placer, el disfrute, y en consecuencia, la seguridad y la autoestima. 

La respiración consciente, el ejercicio o romper el sedentarismo y recorrer nuevos caminos ayuda a que el mundo nos sorprenda con su color, su sabor y su luz. Disfrutar es también una decisión. Si decidimos darnos un espacio diario para disfrutar, nuestra autoconfianza y nuestra autoestima se verán fortalecidas. 

Ideas para disfrutar

A continuación os doy tres ideas que nos ofrece Venus en cada signo para estimular los sentidos cada día, de formas diferentes, diversas y accesibles. Por supuesto, ¡hay infinitas más!

Venus en Aries: hacer estiramientos, encender velas aromáticas, salir a correr.

Venus en Tauro: cantar una canción que nos guste, comer una fruta exótica, pasear en la naturaleza.

Venus en Géminis: montar en bici, sentarnos a escribir, hacer manualidades.

Venus en Cáncer: cocinar algo especial para nosotras, ver una peli, echarnos una siesta.

Venus en Leo: disfrazarnos, bailar, tomar el sol.

Venus en Virgo: hacer un puzzle, dormir en sábanas limpitas, darnos un baño relajante.

Venus en Libra: maquillarnos de forma creativa, ponernos esa ropa que jamás utilizamos, pintar.

Venus en Escorpio: modelar arcilla, ir a la playa o al río, hacer una fondue.

Venus en Sagitario: leer algo que nos haga sentir bien, ver fotos de animales, prender sahumerios.

Venus en Capricornio: darnos un masaje, tomar un chocolate caliente en invierno o un té helado en verano, cambiar los muebles de sitio.

Venus en Acuario: columpiarnos en un parque, cambiar la iluminación, mirar las cosas boca abajo.

Venus en Piscis: probar diferentes especias, escuchar música, masajear nuestros pies.

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Espero que esto os haya gustado. Muchas gracias por leer hasta aquí, chichis!!!

Un abrazo grande!!!

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