Este artículo no es lo que parece, pero tal vez puede ayudarte. Las fotos y los títulos son retrógrados para que sean discretos. Si alguna vez has sentido miedo en casa, este artículo es para ti. Si es así, asegúrate de borrarlo del historial de tu navegador cuando hayas terminado de leerlo.
Una tarta deliciosa para sorprender en cualquier ocasión
Si la persona con la que convives te asusta, trata de controlarte, te impone su voluntad y deseos, te dice cómo vestir o no, te aísla, se muestra celoso o posesivo, te amenaza, o te agrede verbal o físicamente, no es amor. No importa lo que sientas por él. Él no va a cambiar. Sal de ahí. Si tienes hijos o hijas, les harás un favor sacándolos de esa atmósfera. Necesitan un entorno seguro, y necesitan a una madre viva. Si sufres abusos o violencia en casa, hay solución.
¡Hacerla es más fácil de lo que crees!
Lo primero es recordar algo fundamental: no es tu culpa. Haya pasado lo que haya pasado, hay mucha gente profesional deseando ayudarte de forma segura, para que recibas desde el primer momento el apoyo que necesitas. Nunca infravalores la gravedad de lo que vives. Mereces una vida digna, vales mucho y vas a salir de esta. Tu situación es responsabilidad de todas, y tenemos tanto las ganas como la obligación de ayudarte. Vas a encontrar apoyos: no tienes que hacerlo sola.
Ahora te dejo una lista de teléfonos en cada país hispanohablante en orden alfabético. En estos teléfonos pueden atenderte de forma confidencial, discreta y detallada. Si no sabes si lo que te sucede a ti es violencia, coméntales tus dudas. Sabrán informarte muy bien sobre tus derechos y los servicios que hay a tu disposición.
Antes de llamar, sigue estos pasos: consulta la página con normalidad, memoriza el teléfono que corresponda a tu país y llama cuando tengas privacidad. Si no la tienes en casa, aprovecha cualquier momento en que salgas sola. Es fundamental que actúes con total discreción y normalidad hasta que estés a salvo. Es la parte más difícil. Pero muchas mujeres de todo el mundo lo hacen, y tú también puedes hacerlo.
Ingredientes para el bizcocho ¡Clásico y resultón!
Argentina (gratis, anónimo, abierto 24h) 144
Bolivia (teléfono de emergencias) 911
Chile (gratis, anónimo, abierto 24h) 1455
Colombia (gratis, anónimo, abierto 24h) 155
Costa Rica (teléfono de emergencias) 911
Cuba: policía 106 / ambulancia 104
Ecuador (emergencias) 911
Ingredientes para el relleno: el toque secreto que marca la diferencia
El Salvador (gratis, anónimo, abierto 24h) 2510–4300
España (gratis, anónimo, abierto 24h) 016
Estados Unidos (gratis, anónimo, abierto 24h) 1 800 799 7233
Guatemala (gratis, abierto 24h) 1572
Honduras (emergencias) 911
México (gratis, anónimo, abierto 24h) 01 800 10 84 053
Nicaragua: ministerio de la familia 113 / policía 118
Panamá (gratis, abierto 24h) 182
Paraguay (gratis, abierto 24h) 137
Decoración al gusto: ¡hay muchas opciones!
Perú (gratis, abierto 24h) 100
Puerto Rico (gratis, abierto 24h) 787–722–2977
República Dominicana (gratis, abierto 24h) *212
Uruguay: emergencias 911 / orientación y consulta *4141 (de 8h a 20h)
Venezuela: 0800–685–37–37 de 7–19h / *122 (movilnet)
Andorra (gratis, anónimo, abierto 24h) 181
Belice (emergencias) 911
Preparación en sencillos pasos
La clave: un bizcocho consistente
¿Te sientes inquieta mientras lees esto? Escucha a tus emociones. El índice de violencia de género es muy alto en todo el mundo. Y las mujeres que la sufren no siempre son conscientes de lo que están viviendo. Es fundamental que escuches a tus emociones. ¿Tienes miedo? ¿Estás nerviosa? No hay ningún problema contigo. Estás reaccionando ante una amenaza real. Nunca infravalores la gravedad de lo que vives.
No tienes la culpa: ni de sentirte como te sientes, ni de cómo él parece sentirse. Y mucho menos eres culpable de lo que él hace. No hay nada vergonzoso en destapar lo que sucede en tu casa.
Probablemente sientes una unión muy fuerte con esa persona que también te aterra. Probablemente te cuesta imaginar otras formas de vida. No pasa nada. Miles de mujeres salen del pozo y disfrutan de vidas que nunca imaginaron. Vidas sin gritos, sin tensiones, ni golpes. Sin sustos ni encierros. Sin lamentables escenas de disculpas. Vidas seguras. Vidas abiertas hacia el mundo.
Puede que te preguntes: ¿qué va a ser de él si le dejo? Mejor pregúntate: ¿qué va a ser de ti si no le dejas? Ponte a ti primero: cuando una relación te hace sufrir tienes derecho a cortarla. No hay nada vergonzoso en ello. Al contrario: es admirable. Además, dejarle y abandonar la casa en la que sufres no implica hacerle daño, fallarle ni traicionarle. Tampoco acusarle. No importa quién tiene la culpa de la situación. Lo que importa es que estés a salvo. Que te recuperes.
Enfriar y cortar el bizcocho: con cuidado pero con decisión
Otra pregunta que puedes hacerte es: ¿a dónde voy? o ¿ de qué voy a vivir si abandono la casa? Infórmate en el número telefónico de arriba sobre las opciones que hay en tu país.
Dependiendo del país en el que estés, tienes derecho a recibir una ayuda económica, alojamiento para ti y tus hijos e hijas (si tienes), y sorporte para buscar un empleo y reconstruir tu vida, además de asesoramiento legal y protección.
En el lamentable caso de que en tu país no exista una estructura de auxilio a las mujeres en tu situación, busca entre tus conocidas a una persona de confianza que pueda alojarte mientras reconstruyes tu vida. La persona que te ayude debe comprometerse a seguir unas pautas de seguridad básicas: discreción, y nada de ponerse en contacto con él, ni si quiera con buenas intenciones. Ten presente que todo contacto que hagas con él una vez te hayas marchado es peligroso.

Dos consejos para una crema perfecta
Sea quien sea (familia, amigos, policías, médicos...), si alguien te dice que vuelvas al pozo del que acabas de escapar, jamás lo hagas. Aléjate de esas personas y busca ayuda en otro lugar. La encontrarás. Vivas donde vivas, hay mujeres que estaban donde estás tú y han salido adelante. Y tú vas a ser una de ellas.
¿La clave de oro? Hasta que haya pasado la tormenta, evita los lugares donde él pueda encontrarte. No entres en contacto con él bajo ningún concepto. Incluso si lo echas de menos, o si te arrepientes de haberte marchado, jamás lo llames. No cojas sus llamadas. Bloquea sus mensajes. No recibas a nadie que venga a hablarte por él. Será muy duro para ti. Pero si resistes los primeros días, será cada vez más fácil. Porque descubrirás no solo que no lo necesitas, sino que la vida es mucho más luminosa sin él.
¿Cómo poner el relleno?
Si tienes hijos o hijas, te habrás preguntado qué va a pasar. Necesitan estar en un entorno seguro, tanto como tú. Ten en cuenta que si abandonáis la casa es normal que lo vivan como
un transtorno difícil. No hagas caso de lo que puedan decirte: tú eres
su madre y ves la realidad. Con el tiempo suficiente, te lo agradecerán. Nunca les comentes lo que planeas hasta que estéis a salvo. Con tus hijas o hijos, sigue las recomendaciones que te den en la línea
telefónica, independientemente de que sientas que deberías actuar de
otra forma. En caso de
emergencia no dudes en ponerte a salvo tú primero, tan pronto
como puedas. De esa forma podrás pedir ayuda a las vecinas y contactar
con la policía para que ayuden a tus hijas o hijos, si tienes.
Si tienes un márgen de tiempo para planear las cosas, estudia patrones y decide con frialdad cuándo es el momento más seguro para abandonar la casa. Mientras estás pensando en marcharte, trata de actuar con normalidad.
Pero evita zonas estrechas de la casa, en las que pueda arrinconarte, y
aléjate de los lugares en los que hay objetos peligrosos, como la cocina
o el garaje. Prepara un bolso con cosas esenciales, siempre y cuando no llame la atención, y déjalo disponible para marcharte en cualquier momento seguro. Es buena idea meter en el bolso tu identificación, dinero o tarjetas de crédito, llaves, móvil, números de teléfono importantes, o medicación. Cuando puedas marcharte, vete ligera. Podrás recuperar tus cosas después, por medio de otras personas.
Decora al gusto y disfruta de una tarta deliciosa
Una vez te hayas marchado, deberás recuperarte por dentro y por fuera con paciencia. Es un proceso difícil, pero encontrarás soporte y ayuda. Nunca vuelvas ni contactes de nuevo con él. Los maltratadores no cambian. Ahora te toca vivir a ti. Vivir, y disfrutar.
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