Hola chichis!!! Neptuno ya está retrógrado por primera vez en Aries: nunca antes habíamos atravesado una atmósfera así. Mientras, Venus entró en Géminis para abrir camino a Urano, que la seguirá hasta el nuevo signo este mismo lunes.
El finde pinta raro, rarísimo. Pero en realidad... la rareza y la intensidad ya son la nueva normalidad desde hace unas semanas. ¿O no? 👼🌎 El mundo, por ejemplo, ya parece curado de espanto.
Y en lo personal, ¿cómo lo lleváis? ¿Os pilló la ola o la lengua de fuego? ¿Tenéis el principio de Aries y Géminis muy cargado?
Cansancio, saturación, solapamiento de casualidades desbordantes, sorprendentes giros de guión, primeras veces... ¿Qué es?
Yo propongo un masaje de cerebro. 😄 ¡Os cuento!
😴🧚♀️🐵🩷
Desde que Saturno entró en Piscis en marzo de 2023 ha convivido de forma más o menos estrecha con Neptuno. Pero nunca habían llegado a estar tan cerca como ahora.
A pesar de que la conjunción exacta entre estos dos será el 20 de febrero de 2026, en el grado cero de Aries, este mes de julio sus retrogradaciones anuales les sorprenden a menos de un grado de distancia. De hecho, llegarán a estar a solo unos minutos de separación!
Neptuno entró en Aries por primera vez en nuestra vida el pasado 30 de marzo, una fecha muy reciente considerando la lentitud característica de estos planetas transpersonales. Este 4 de julio es la primera ocasión en que Neptuno retrograda en este signo, abriendo una ventana para procesar todo lo que ha venido abriendo.
Por su parte, Saturno ha estado siguiendo muy de cerca los pasos de Neptuno desde que entró en Aries el 25 de mayo, y como no podía ser menos, entra retro también el 13 de julio.
🧳 Tras retroceder unos meses pisándose los talones, volverán a Piscis por última vez. Saturno será el primero en cruzar la frontera el 1 de septiembre, mientras que Neptuno lo hará el 22 de octubre. Una vez juntos en los últimos grados del zodíaco, entrarán directos, Saturno el 28 de noviembre, en el 25°, y Neptuno el 10 de diciembre, en el 29°.
El invitado estrella de esta danza es el Nodo Norte, que redondea el tono desafiante y evolutivo de este viaje consecuente, tan emocional como tangible. La coreografía que se traen es difícil de relatar, difícil de entender y difícil de vivir. Pero juntos trazan un viaje a través del que podremos comprender...
Qué objetivos, empeños y propósitos estuvieron pidiendo disciplina, aguante y resistencia los últimos años... Pero ya no aguantan más. Algo que queríamos en lo que hemos ido perdiendo la fe, un sueño que ya no nos inspira, una travesía agotadora que ya abandonamos, un compromiso que creímos ideal y que no era incondicional, después de todo. ¿Qué será?
Reconocer y aceptar nuestros límites humanos nos ayudará a trascender idealizaciones y romantizaciones que no nos hacen bien. Ni tenemos varita mágica, ni somos el Atlas para cargar el universo a nuestras espaldas.
Después de esta pérdida de formas ha quedado un vacío, un espacio donde ya estuvimos gestando algo más. Algo nuevo que conflictúa con nuestra ilusión de control, que requiere trabajo y tiempo de adaptación, pero está decidido a nacer. ¿Qué has planteado diferente estos meses? Ahí hay algo a integrar con estos dos yendo para atrás.
Feliz reflexión! ❤
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