Hola chichis!!! ¡Qué bueno, tener una lunación en Capri sin Plutón haciendo de las suyas! Ya no está en el signo, y se nota. Eso sí, en unos días perfecciona su oposición a Marte retro.
Puede que aún no sea el momento de ir a por todas, pero con Saturno en cuadraturas a Júpiter y a Mercurio en los signos mutables, podríamos beneficiarnos de pararnos a pensar con tooodo el tiempo del mundo.
Como sabéis, este 30 de diciembre el Sol y la Luna se unen en el 9º de Capricornio, dando inicio a un proceso de seis meses que culminará el próximo 10 de julio. De momento, el único aspecto que hacen las luminarias es un séxtil a Saturno en Piscis, su regente.
Así que este novilunio tiene un carácter posibilista, estabilizador y calmado que abre la oportunidad de concedernos una pequeña tregua para hacernos cargo de algo que quedó pendiente o que llevamos soñando un tiempo.
🥳 Oh, y si tenéis ganas de hacer intenciones de año nuevo, esta es la noche. ✨
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Con la cercanía de la Luna Nueva, me estuve acordando de algo que leí hace tiempo. En la Antigua Roma, las familias patricias tenían el privilegio de colocar las máscaras de cera de sus antepasadas y antepasados en el atrio de su casa, dentro de un armario que solo se abría en momentos de pasaje, como funerales y festividades especiales.
La intención de custodiar esta colección de rostros era mantener vivo el recuerdo de su genealogía, que legitimaba su estatus o la continuidad del poder de la familia. En los funerales, por ejemplo, mandaban a los actores a vestir esas máscaras funerarias, que inicialmente estaban hechas de cera coloreada, y posteriormente, también de piedra o bronce.
Estas mascaradas solemnes, en las que momentáneamente el actor pretendía encarnar a la persona fallecida, para llenar su ausencia y articular ritualmente su movimiento vital, dieron lugar, según se cree, a la interpretación teatral y a las nociones de persona y personaje.
Cuando tocaba guardar a las antepasadas en el armario, se ordenaban con líneas de parentesco, en forma de árbol genealógico. Aunque no hay evidencia de cuándo se originó esta práctica, estuvo presente durante todo el período republicano.
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Como astróloga, sé que hay regiones enteras en las que la población desconoce su fecha de nacimiento. También han llegado a mí personas que no saben bien cómo traducir su calendario al que utilizamos para levantar la carta, o personas que, por las circunstancias de su llegada al mundo, no saben exactamente de dónde vienen o cuándo llegaron.
¿Es un privilegio, conocer nuestro origen? ¿Es un privilegio, ser legatarias de esas viejas historias que sustentan la identidad el clan y le dan razón de ser?
De niña tenía una amiga a la que, no me preguntéis por qué, le encantaba la monarquía. Una vez, en su casa, me puso un CD con una especie de enciclopedia genealógica del rey. Me agobió ver a todas aquellas mujeres pálidas y señores lechosos vestidos de oro y tul. Pero no faltaba dato. ¡Qué importancia se daban!
Tal vez, conocer nuestro árbol se siente como andar a hombros de titanes que ya ningún temor tienen, desde la seguridad solemne del otro lado. Pero también, por la deshumanización de su recuerdo y la losa pesada de su memoria rotunda -para siempre cerrada-, las figuras ancestrales también pueden juzgar lo que ven por la mirilla del armario.
¿Porque fueron, somos?
Honrar a estas figuras que ya agotaron su tiempo, poniendo nuestro precioso y efímero latido a su servicio, puede salir muy caro. Porque dar vida a esas ancestras de cera, honrando su inconcluso propósito, tiene muchas veces el precio de convertirnos, nosotras mismas, en una máscara vacía dentro del armario.
Aunque el mundo insista en hablar de méritos, movilidad social y éxitos luminiscentes, donde el rótulo siempre reza, sin descanso, que si quieres, puedes… A nadie se le escapa que nacer en un país, en un tiempo histórico o en una familia dada... es, probablemente, el factor más determinante para el estilo de vida, objetivos, logros y aspiraciones. ¿Será esta revelación motivo suficiente para ejercitar la compasión y la solidaridad?
Señores y señoras patricias, nada que admirar. Tal vez las desheredadas de la tierra podamos elegir nuestro propio árbol, llenarlo de brujas, fantasmas buenas y animales.
🐵🎭🐟 Un abrazo enorme, y feliz Luna Nueva!
Las desheredadas de la tierra.. ufff.. se me detuvo el corazón.. fíjate que pensaba que saldría inmune de 2024,, pero vaya añito que no se quedó con nada.. ya en sus últimos días un rompimiento afectivo que se veía venir pero se resistía,, ya cuando hubo pruebas del baile de máscaras, tocó salir de ahí dando un portazo, y bloqueando redes y huir llorando por entre los muros, ya calcificados con el salitre del viento y el mar. Cómo no lo vi antes,, pues, pasé por allí embestida en lujuria, y allí, no se ven los detalles. Gracias Ava,, por acompañarnos este año, no quiero que termine aún,, vamos a exprimirlo hasta el final.. tuvo momentos de furia y también de resaca..
ResponderEliminarQue hermosura lo que escribes, también solté un vendaval amoroso de lujuria qué me sembró un hijo. Y que año tan maestro
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