Hola chichis!!! La primera lunación de 2023 está aquí, brillando en su apogeo. De hecho, Lilith continúa todavía en Cáncer, algo alejada del plenilunio, pero en el mismo signo, lo que señala que la Luna se llena a máxima distancia de la Tierra, tirando de nosotras con más inercia que de costumbre. ¿Listas para la riada de emociones?
La Luna se ilumina en su totalidad la noche del 6 al 7 de enero: justamente el día de la astrología, en pleno día de Reyes. ¡Así que feliz día a todas las personas que aman, aprenden y practican la astrología! Esta Luna Llena en Cáncer nos recuerda que somos comunidad, y que existe un vínculo vivo y hermoso que nutrimos en conjunto.
Recordar para cambiar
Es curiosa, esta Luna Llena. Si recordáis, el último plenilunio que tuvimos en Géminis el mes pasado coincidió con el punto medio de la retrogradación de Marte. Y este coincide, casi, con el punto medio de la retrogradación de Mercurio, que sucederá horas después de esta Luna Llena. De hecho, lo que más destaca de esta lunación es que el Sol está junto a Mercurio retro en Capricornio.
Claramente, la memoria, el recuerdo y la expresión de emociones que nunca llegamos a verbalizar estarán a la orden del día.
Pero también es posible que muchas personas se estén planteando pequeños cambios en su rutina para implementar mejorías en sus hábitos, en su alimentación, en su descanso y en su búsqueda de equilibrio entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio. ¡Es un momento excelente para eso! Ahora veremos con más claridad nuestras inercias, y tendremos la capacidad de implementar pequeños ajustes para sentirnos mejor en nuestro día a día.
Apagar el ruido para sentir
Mercurio y Marte retrógrados se están sintiendo muchísimo estas primeras semanas del año. Dan a la atmósfera un tono introspectivo, intimista y sosegado, en el que casi arrastramos los quehaceres, mientras se acumulan las cosas pendientes de resolución.
Resolver esos asuntos ahora puede ser algo más complicado en este clima de embotamiento mental, lluvia de ideas y reflexión. Pero no es tiempo de agobiarse por lo que hay que hacer. Porque con Mercurio retro rigiendo a Marte retro tenemos mucho que procesar.
En esta lunación, todo tira hacia dentro. ¿Qué sientes? Ahí está el foco esta noche.
La Luna se ilumina en casa, en su propio signo. Y ahora tomaremos conciencia de nuestra relación con todo lo que representa este arquetipo. Ahora se enciende eso que arropamos en el corazón. Se revela y expresa la marejada de nuestro estado anímico. Sentimos más fuerte la llamada de las apetencias que nacen en la boca del estómago, en los labios, y en ese un núcleo primario y tranquilo que descansa bajo el ruido de todo lo demás.
Al fin y al cabo, con estos planetas retrógrados hay algo que entra en un cierto tono de descanso. Y ahí emerge todo eso que estaba adentro.
Las preguntas recurrentes
Esta Luna Llena, con Mercurio retro tan involucrado, nos hace mirar de nuevo qué significa para nosotras el hogar, la familia, los vínculos afectivos, la comunidad, lo que bebimos por las raíces de la memoria, las costumbres y rutinas con las que cuidamos y buscamos ser cuidadas, el imaginario, la cuna y el mimo.
Y cómo nos llevamos con la sensibilidad, cómo expresamos nuestras emociones y necesidades, cómo nos llevamos con la intuición, e incluso con los ciclos de la vida.
Esta Luna en Cáncer insiste en preguntarnos, una y otra vez, qué necesitamos para sentirnos parte, para sentirnos seguras, cómodas y a gusto. Qué significa el bienestar para nosotras, y cuál es la fuente a la que vamos a buscarlo. También pregunta, una vez más, cuál es nuestro refugio. Dónde nos dejamos caer para reponernos.
Especialmente, ya que esta lunación es la culminación de un proceso de seis meses que iniciamos el pasado junio, es una ocasión ideal para comprender con el corazón qué alimentamos y nutrimos todo este tiempo.
La casa de nuestra carta astral donde caiga el grado 16 de Cáncer es un área donde ahora contemplamos a los ojos a un pequeño ser que ya hemos maternado por seis meses. Puede ser una relación, un proyecto, una costumbre, un talento. Sea lo que sea, la vida que le entregamos brilla ahora de vuelta. Regresa para retroalimentarnos.
El bien de los pequeños cambios
Las luminarias forman ahora aspectos armónicos con Urano y Neptuno.
Es posible que ahora veamos con claridad cómo han cambiado las dinámicas de nuestra vida personal en los últimos meses.
Tal vez hayan cambiado nuestros vínculos familiares, o las dinámicas de la convivencia. Tal vez cocinemos distinto, o hayamos aprendido a cuidar mejor de nuestras plantitas. Tal vez hayamos distribuido de otro modo las tareas en casa, o nos relacionemos de otra forma con el lugar en el que residimos.
Lo cierto es que esta Luna Llena se expresa a muchas escalas: sus posibles expresiones son muchas. Pero Urano y Neptuno en aspectos armónicos a la Luna nos están diciendo que ya, en este momento, ha tomado forma algo que soñábamos o imaginábamos tiempo atrás. Y que aún tenemos la posibilidad de continuar innovando y cambiando las cosas en nuestra vida personal, haciendo pequeños experimentos personales que nos ayuden a encontrarnos cada vez más a gusto.
Ser parte
Por otro lado, el aspecto de la Luna a Urano sugiere que la amistad, y los lazos con personas que no sean necesariamente familia sanguínea, pueden resultar especialmente cálidos y hermosos, o pueden ser un importante sostén. Así que las asociaciones, agrupaciones y amistades pueden ser especialmente prometedoras en este momento.
En cualquier caso, lo que esta Luna Llena ilumina es la posibilidad de actualizar nuestra experiencia de comunidad, respondiendo emocionalmente de formas diferentes a las que habíamos tenido en el pasado.
Es un momento en el que se cuestiona de forma más o menos sutil el rol que cada cual tiene en el clan. Esto podría sentirse como un cambio de roles a nivel generacional, por ejemplo, en el que cuestionamos si queremos asumir o no ese papel que quedó vacante dentro de un grupo.
Pero también podría ser visible un cambio en nuestra forma de reaccionar emocional y afectivamente, después de todos los cambios que ya llevamos a cuestas estos últimos años. Al fin y al cabo, estas han sido las primeras navidades en que muchas personas han podido reunirse con sus seres queridos, y podríamos reconocer cómo cambió nuestra forma de gestionar las emociones y los lazos que sostenemos.
Sanar el pasado
Tal vez ahora nos permitamos salir de costumbres arraigadas para, de algún modo, sanear todo eso que ocurre en un almuerzo familiar. Lo que cada una siente, lo que se deja sin decir, los legados identitarios y las sutiles deudas emocionales, la forma en que se construye normalidad encima de ese mar de emociones pasadas y presentes, y todos esos hilos invisibles, de distintos colores y sabores, que tejen las relaciones dentro del grupo.
En otras palabras, ahora se abre la posibilidad de que cada persona se reubique dentro del clan. Y eso abre el potencial, también, de darnos la libertad de reordenar las raíces y hacer las paces con viejas heridas.
De hecho, las luminarias están haciendo cuadraturas a Quirón en Aries. Esto, unido a Marte y Mercurio retrógrados, tiene su densidad. Porque pone la lupa en las dinámicas vinculares y afectivas que asumimos en el pasado para formar parte.
Intuitivamente, las personas hacemos verdaderos malabarismos para ser amadas, cuidadas y sostenidas. Y los malabarismos que aprendemos en la infancia se instalan adentro de nuestra Luna.
Así es como tendemos a repetir, incluso en la vida adulta, respuestas emocionales que aprendimos en una fase temprana. Por supuesto, eso no quiere decir que siempre vayamos a arrastrar lo que vivimos en nuestros primeros años de vida.
Porque, como sucede con todo, a vivir en la Luna también se aprende. Es decir, podemos reaprender a sentirnos seguras, a cuidarnos y a dejarnos cuidar, a sostenernos. Podemos reaprender a amar. Y podemos reaprender a detectar lo que necesitamos y a nutrir nuestro bienestar.
La Luna es la responsable de enviarnos una señal cuando tenemos hambre si se acerca la hora de comer. Pero no siempre es tan sencillo advertir qué necesitamos para sentirnos bien.
A veces sucede que, siendo adultas, nos sorprendemos respondiendo ante una situación de una forma que no podemos explicar, o de una forma que no nos ayuda, porque la aprendimos en una fase temprana. Precisamente, con estos aspectos podríamos descubrir algo más sobre eso.
También podríamos estar más conscientes de las situaciones que originaron nuestras inercias, patrones y respuestas emocionales. Por ejemplo, cuáles son los disparadores de nuestros automatismos, alertas y reacciones inconscientes.
Lo que hicimos para adaptarnos
Gran parte de lo que nos pasa por dentro es una respuesta a lo que nos rodea, en la que hacemos lo que podemos para protegernos y estar lo mejor posible. Pero, en la vida adulta, perpetuar las respuestas que aprendimos en el pasado, o que nos funcionaron en el pasado, puede dejarnos en un bucle complejo, tal vez un tanto defensivo, que es otra función lunar.
En esta ocasión, es de esperar que el pasado regrese con una visión mucho más experimentada, consciente y madura.
Una ocasión de oro para detectar cuáles son los disparadores de nuestras inquietudes y tratar de modificar nuestra relación con ellas. Si os gustan las preguntas psicológicas, este es vuestro momento. Si no os gustan, siempre podéis tirar de peli y manta, que siempre viene bien con una lunación en Cáncer.
Pero, si queréis tirar del hilo, os propongo reflexionar sobre lo siguiente: en el pasado, ¿cómo se sentía la atmósfera en tu casa? ¿Qué hacías tú para hacer de ese entorno un lugar más seguro emocionalmente? ¿Qué hacías tú para formar parte? ¿Quién cuidaba y protegía a quién? En el presente, ¿qué queda de todo eso? ¿Qué necesitaríamos cambiar?
Claramente, aunque sea incómodo, esta lunación invita a ir hacia dentro para redescubrir el impacto que tuvieron las personas que nos cuidaron en nuestra forma de gestionar nuestras emociones en el presente. Sin perdernos ahí, eso puede ayudarnos a crecer en nuestra gestión emocional y en nuestra búsqueda de bienestar.
Pero también puede ayudarnos a sanar relaciones pasadas, comprendiendo situaciones familiares que han sido complejas desde otro lugar.
Las relaciones con las personas que más nos han marcado emocionalmente experimentan muchas fases a lo largo del tiempo. Tal vez, ahora, sintamos que nos adentramos en una fase diferente.
Si revisitamos algo que dolió o que sigue doliendo, hagámoslo con el propósito de sentirnos mejor. ¿Cómo reaccionamos emocionalmente ante los vínculos que definieron nuestra atmósfera en el pasado? ¿Qué podemos hacer distinto para airear eso, liberar carga, y gestionar nuestras emociones de una forma que nos ayude más?
Nuestra niña interior se hace un poquito más grande. Preguntémosle qué necesita. Tal vez, esta vez, sepa decirnos mejor. Cuidémosla y démosle mucho cariño.
Un abrazo grande, chichis!!!
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Espero que hayas tenido felices Reyes... Gracias por tu generosidad. Acabo de comprar tu anuario, con muchísima ilusión para aprovechar la energía de este año, de tu mano. Un abrazo Avamàgica💙🐟👸🏼
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