Hola chichis!!! Supongo que os habrá pasado alguna vez ir despistadas y hacer el gesto de abrir una puerta que ya estaba abierta, o ir a levantar una mochila de apariencia pesada que luego era muy ligera. Ahí aplicamos una fuerza desproporcionada para hacer algo que, en realidad, podría haber sido más fluido, y nos quedamos sorprendidas, haciendo un gesto torpe o perdiendo el equilibrio.
Con esta Luna Llena, nuestras energías llegan a un tope muy alto, dinámico y activo, extrapolando la dinámica que ya se ha hecho sentir los últimos días. ¿Habéis notado el ajetreo de las últimas semanas? Las cosas se mueven, visiblemente. Pero han saltado al movimiento tan rápido y tan fuerte, que también podríamos estar echando en falta un respirito. Y es que, de hecho, un plenilunio en Sagitario siempre tiene cierto efecto de sobrecalentamiento. De exceso.
Últimos ecos del Nodo Sur en Sagitario
La Luna Llena se dará, en esta ocasión, en el grado 23 de Sagitario. Se trata de la primera lunación no eclipsada que tenemos en este signo desde hace años.
Como sabéis, todas las Lunas Llenas responden a un proceso que comenzó seis meses atrás. Y esta viene a dar culminación a lo que iniciamos el pasado diciembre, con una Luna Nueva eclipsada en Sagi. Es decir: ahora llegan los coletazos del eclipse de Sol que tuvimos en diciembre. Y con ello, las últimas lecciones que nos quedaban por integrar tras el paso del Nodo Sur por Sagitario.
Con este plenilunio cerramos los ecos del período de aprendizaje que recorrimos desde mitad de 2020 hasta enero de 2022. Podríamos esperar que algo de aquella etapa llegue a un punto de cierre.
Tratándose de una Luna Llena en Sagitario, el signo que lo hace todo grande, podríamos encontrarnos a las puertas de situaciones conclusivas que despierten en nosotras grandes reacciones. Ahora las estrellas podrían marcar rumbo hacia algo que va más allá: algo nuevo. Un gran viaje.
¿Cómo nos afecta esta Luna Llena?
Ahora podríamos culminar un plan de estudios y descubrir que no sabemos bien qué hacer a partir de ahí, emprender un viaje como resultado de un largo proceso emocional, mover recursos para empujar adelante otro plan de vida, expandir nuestro campo de conocimiento tras haber detectado lagunas, o hacer algo vistoso para encargarnos por fin de algún tema complejo.
Como lunación en Sagi, en esta ocasión se mueven estudios, viajes, saberes y creencias, planes de largo alcance, dinámicas de consumo y excesos, idiomas, asuntos culturales, publicaciones, expectativas y promesas... También podríamos tratar de acelerar muchas cosas, diseminando nuestras energías en varios frentes simultáneamente. O integrar de una vez por todas asuntos algo sensibles.
Cada persona vivirá esta atmósfera de forma distinta, pero la tónica inclina fuertemente a grades resoluciones, que pueden reorientar nuestro sentido de dirección.
Si tenéis planetas o cúspides al final de los signos mutables (Géminis, Virgo, Sagitario o Piscis) podéis ser más sensibles a esta Luna Llena. La casa de vuestra carta donde caiga el grado 23 de Sagitario sería un área de experiencia especialmente activa y dinámica, en la que puede haber respuesta a grandes asuntos pendientes, manifestando ágilmente deseos e iniciativas. También sería un área en la que algo llega a un punto de no retorno, definiendo y asentando cosas que se hayan venido revolviendo desde diciembre.
Hablar alto y ser visible
Con esta Luna regida por Júpiter en Aries, la exageración va a ser todo un tema. Exagerar es una forma de revestir y hacer voluminosas las historias. Una forma de hinchar el mensaje, para hacerlo visible. Y en eso, Sagitario es maestro. Ahí donde varias personas esperan tener la razón, o donde varias personas buscan ser vistas, la expectativa en este momento es que gane atención quien haga más ruido y se haga notar. Lo extravagante, versus lo elegante. Emitir sonido, versus escuchar.
Júpiter en Aries trae algo asertivo, competitivo y guerrero. Y es que, cuando hay una colisión de verdades, y cada cual trata de afirmar su punto de vista, la repetición y la exageración podrían parecer estrategias socorridas.
Pero no por gritar más alto y más veces una verdad, es más precisa, ¿cierto?
Tenemos un montón de ejemplos recientes: ideas muy populares y sonadas que, sin embargo, desafían cualquier referencia a lo real. De nuevo, me temo, las barbaridades se visten de seda y brilli-brilli para engatusar.
La Luna y el Sol se confrontan en el eje de la comunicación y el conocimiento, dibujando una T cuadrada con Neptuno, un planeta poco amigo de lo claro y lo concreto, amante de la indefinición, la ambigüedad y la ilusión; capaz de convencernos de que una cosa y su contraria son lo mismo, o de que una señal de humo es un signo definitivo. ¡La desinformación, la tergiversación y la ambigüedad evasiva pueden encender más de una mecha estos días!
Podríamos vernos desplegando exageradas cantidades de energía para avanzar hacia algo muy deseado, y luego descubrir que no es oro todo lo que reluce. O sorprendernos prometiendo más allá de lo que podemos ofrecer. O recuperar el uso de razón tras haber seguido al otro océano algún canto de sirena. Algo se hincha, crece, y es imposible hacer la vista gorda.
¿Negligencias, omisiones, promesas?
Lo que más destaca de esta Luna Llena es el clima de malentendido, en el que un mensaje aparentemente simple, pero muy poco fundamentado, se nos puede hincar en forma de obcecación, llevándonos a grandes reacciones, grandes gestos y precipitadas decisiones.
En lo colectivo, esta lunación viene cargadita.
Al fin y al cabo, Sagitario es el signo de la política, del ámbito internacional, las leyes, el consumo a lo grande, o los discursos y narrativas que articulan sociedad. Sagitario, igual que Júpiter, pertenece al ámbito de lo social. Y con las luminarias haciendo aspectos a Saturno en Acuario y a Neptuno en Piscis, hay una fuerte carga colectiva en la atmósfera.
Puntos ciegos
Saturno y Neptuno están dibujando un semiséxtil exacto, que pone sobre la mesa un montón de puntos ciegos. Algo que no sabíamos, algo que no habíamos visto, cae por su propio peso. Alternativamente, algo que parece clarísimo puede ocultar truco, trampa y cartón.
Sagitario es el signo de la mirada, del saber, de los ojos. Y una Luna Llena en Sagitario es un pueblo que ve. Es la gente común nutriéndose de una narrativa, de una historia. Que, en este caso, por la distorsión neptuniana, ¡no parece muy transparente!
Estos días podríamos esperar también alguna que otra lección de supuesta superioridad moral, las buenas contra las malas, la emergencia de un montón de abanderadas de la verdad o el buen hacer, e historias que se viralizan con dedo ligero en redes sociales para crear opinión. Al fin y al cabo, ¡Mercurio habrá entrado en Géminis horas antes de esta lunación! Habrá, en definitiva, mucho ruido.
Tal vez sintamos que hemos tenido demasiado de alguna cosa: que algo llega a un punto de saturación.
Si es así, seguramente busquemos simplificar las cosas, desconectar, o cortar por lo sano con cualquier desviación de energía que no sea prioritaria. Ahí, también, el efecto moderador de Saturno en Acuario, que apela a buscar cierta calma en los silencios, en la reflexión pausada y en la cabeza fría, dándonos tiempo para encajar ideas o reamueblar la cabeza antes de tomar cualquier decisión.
Reacciones y motivos
Como vimos, esta Luna Llena está regida por Júpiter. Júpiter en Aries está regido por Marte. Y en esa concatenación de relaciones planetarias, vemos que, finalmente, la emocionalidad de esta Luna Llena responde al impulso marcial: fogoso, precipitado, deseante, autocentrado. Por ejemplo: hago algo grande y generoso, pero no por ti, sino por mí; salvo una situación, no tanto porque me importe, sino porque quiero comprobar que puedo hacerlo.
¡Y con un matiz más! Marte está en conjunción exacta a Quirón. De hecho, Marte perfecciona su conjunción a Quirón mientras la Luna termina de llenarse. En nuestros impulsos, acciones y decisiones, resuella alguna herida. De ahí que la crispación y la reactividad puedan ser algo más punzantes que de costumbre.
Bajo el deseo late algo vulnerable que querríamos proteger. Bajo la feroz demostración de fuerza, hay fragilidad no reconocida.
Alguna espinita que llevábamos clavada desde hacía tiempo se hace explícita. Es como si lleváramos un tiempo sintiéndonos incómodas e irritadas, y de repente nos diéramos cuenta de que teníamos una piedrecita en el zapato, o de que hay un ruido molesto de fondo que lleva horas martilleando la paciencia.
Cambiando juntas la mirada
Además de todo, tenemos a Venus justo entre Urano y el Nodo Norte, en cuadratura a Saturno. Hay algo que está llegando a un punto de concreción, dando por inaugurada una nueva etapa de desafíos que no estamos seguras de estar encauzando correctamente. Podría haber una sensación muy incómoda de que, ante problemas más bien concretos y tangibles, hay respuestas más o menos improvisadas o inconscientes, que se lanzan como un barco a la deriva.
Y eso es porque ante problemas nuevos no sirven tanto las viejas lógicas. Ahora que el Nodo Sur se fue de Sagitario, ahí hay un vacío de respuestas. Ahora que Júpiter entró en Aries, reiniciando su ciclo zodiacal, nos toca llenar ese hueco creando una nueva mirada. ¿Qué lectura vamos a hacer de este nuevo panorama? ¿Cuál es el plan, cuando el viejo plan se disolvió?
Los retos colectivos están tejidos de miles de vivencias personales que se replican y entrecruzan. Todas nuestras historias se conectan entre sí, y se inspiran mutuamente. En el tejido social, todas somos guía y referencia para alguien más. Y de todos esos ecos y modestos reconocimientos particulares nacen los discursos que marcan la mirada de una época. Todas formamos parte activa en el cerebro social.
Mi parte favorita de este clima astral es un tanto singular: los tres planetas personales (Mercurio, Venus y Marte), se encuentran domiciliados, en los signos que les son más afines.
El ensayo personal es una expresión del ensayo que estaríamos necesitando en lo colectivo. Somos como millones de matraces ensayando mundos posibles. Podríamos sentir que tenemos luz verde para experimentar, llevar nuevas perspectivas a la acción o valorar otras posibilidades. Nadie nos enseñó a vivir más allá del modelo que se fue. Pero podemos ensayar alternativas.
Mercurio en Géminis
Con Mercurio en Géminis, en séxtil a Júpiter y aún en trígono a Plutón, tendremos la oportunidad de escoger camino y decidir cómo queremos posicionarnos ante asuntos a los que hemos estado dando muchas vueltas.
Se trata de una configuración muy esclarecedora, que favorece la elocuencia, la absorción de información y la articulación del discurso. Es genial para estudiar, escribir, publicar, desarrollar una opinión propia y difundirla, o ponerla en práctica.
También podría haber grandes conversaciones, salidas ingeniosas para viejos dilemas, expresiones elocuentes y precisas, o encuentros con otras personas que, por algún motivo, creen un gran impacto en nuestra forma de pensar o en nuestra lectura de las circunstancias.
En el intercambio y en la apertura al exterior está el marco de oportunidad, en esta ocasión.
Tal vez, casualmente, en el lugar menos pensado llegue a nuestros oídos información clave. Tal vez recibamos buenas nuevas. Tal vez sepamos a qué puerta tocar, qué puerta abrir, y, también, qué puerta cerrar. O, al menos, creamos saberlo. Mercurio en Géminis abre las viejas verdades y multiplica las preguntas, reorientando las cosas hacia la curiosidad y la investigación.
Marte en Aries
Con Marte en Aries, en conjunción a Quirón, podríamos por fin tomar decisiones que debimos tomar hace mucho tiempo, por nuestro bien. Por ejemplo, cortando con actitudes, hábitos o dinámicas que nos hieren, o que ya vienen sintiéndose excesivas o cargantes.
Al fin y al cabo, Marte en Aries inclina al corte limpio. Y, en conjunción a Quirón, puede ayudarnos a diseccionar el dolor para purgarlo, reconociendo y canalizando qué nos frustra, qué nos hiere, qué nos enfada.
Marte en conjunción a Quirón también es actuar de una forma que nos sana.
Tomar por fin esa iniciativa o esa decisión que nos había dado miedo tomar, o que por algún motivo siempre había quedado en el cajón de lo pendiente. Esta combinación inclina a hacer por fin eso que llevábamos diciendo mucho tiempo que íbamos a hacer, y que siempre dejábamos en la estacada. Es un foco de valentía para lanzarnos.
Un foco, a fin de cuentas, de confianza en nuestra propia capacidad de acción. En nuestra independencia. En nuestra autonomía. En nuestro derecho a intentarlo, más allá de las expectativas de éxito o fracaso.
Marte en Aries nos da ese empujoncito ciego que es necesario a veces para dar el primer paso. Porque hay deseos que, si nos lo pensáramos dos veces, quedarían ahí, siempre soñados pero nunca realizados.
Ahora veremos hasta qué punto queremos escuchar a los deseos. Hasta qué punto es importante para nosotras hacer lo que queremos. Cuando tenemos agencia para decidir, no lidiamos con el obstáculo externo. Sino con el obstáculo que ponemos nosotras. Con Quirón tan activo, nos preguntamos: ¿hasta qué punto confío en que yo puedo?
Venus en Tauro
Y aquí llegamos a Venus en Tauro, para hablar precisamente de seguridad; de cómo valoramos nuestras capacidades y recursos para hacernos cargo de los imprevistos que puedan surgir. Imaginad a una persona que lleva años deseando viajar a otro país para hacer allí su vida, o para conocer a alguien, o para aprender un idioma. De repente llega esa puerta y se abre. Y empiezan las dudas.
¿Qué pasaría si...? ¿Cuento con lo necesario para...? ¿Vale la pena...? Incluso si el camino está despejado, es inquietante lanzarse sin garantías.
Días antes de esta Luna Llena, Venus y Urano hicieron una conjunción exacta, y la tensión se hizo evidente: insomnio, estrés, vértigo y aceleración, o excitación agridulce. Como se suele decir, desea a tus enemigos tiempos interesantes.
Si Tauro es confort, suficiencia, seguridad, paz, disfrute, materia, estabilidad, concreción... Urano ahí, engrandecido por el Nodo Norte, ha venido a hacer recortables con todo eso para componer un cadáver exquisito. Lo que era seguro, ya no lo parece tanto. Lo que amábamos ya no es tan esencial. El suelo que fue sólido parece de chicle, y el peso de la realidad lo deforma hasta el punto de que parece romperlo.
Lo que parecía concreto y real es ahora un montoncito de fragmentos en los que no hay centro ni borde. Un rompecabezas de apariencia imposible. Incierto. Urgente.
Y ahora que Venus está en casa, activando todo eso, amaríamos tener una bola de cristal con la que saber si la dirección que estamos siguiendo es la mejor respuesta posible. Amaríamos saber si lo que hay es suficiente como para confiar en el futuro. Amaríamos saber si el mundo va a dejar de jugar a Jumanji próximamente.
Pero las incógnitas que lanza Urano en Tauro, igual que las preguntas que lanza Júpiter en Aries, solo pueden resolverse probando. Experimentando. Escarbando en las tensiones y los cambios para llegar a algún núcleo desde el que encajar el puzzle.
Encontrar un nuevo sentido
Esta lunación es intensa, como veis. Porque lo personal negocia su espacio con lo que no sabemos. Hay un montón de hilos abiertos y un montón de preguntas. Y, en medio de todo, sentimos que ahí dentro algo nos impulsa a tomar partido, a actuar, a lanzarnos.
Sagitario es un signo en el que destilamos sentido. Y es un signo mutable. Es decir, un signo que demanda chequear cada cierto tiempo cuáles son nuestras verdades y hojas de ruta, cuáles son nuestros planes, cuál es nuestra brújula. Pide constante adaptación, flexibilidad, apertura de miras y reajuste.
Porque no podemos respondernos siempre igual a las preguntas típicas de Sagitario: de dónde venimos, dónde estamos, a dónde vamos. Lo que nos contamos para explicarnos la vida y guiarnos en ella requiere de leer lo que nos rodea, leer nuestros cambios y nuestro desarrollo, y hacer ajustes que desafían las líneas rectas. La verdad no es lineal. No es recta.
Las verdades sagitarianas se parecen más al gas que se expande por el espacio, crece, engulle y abarca, que a una línea que podamos trazar con un lápiz bajo una frase mil veces repetida o mil veces escuchada.
En esta Luna Llena nos corresponde abrir miras, hacernos preguntas, y atrevernos a ensuciar lo que creíamos tener claro.
Qué es la política, la justicia, la ley. Qué es la opinión. Qué es creer, o confiar, o crecer. Qué es el mundo. Qué es la cultura. Qué es el saber. De dónde viene mi entendimiento de esas cosas. Cómo contribuyen a hacerme quien soy, y cómo yo contribuyo a crear mundo a partir de ahí.
De primeras podemos sentirnos inclinadas a un laberinto de contradicciones, o a morder más de lo que podamos masticar. Pero esta Luna Llena también trae potencial para encontrar camino, atravesar el umbral de una nueva aventura, responder con apertura de miras y marcar la diferencia. Tal vez arropando con calidez, empatía y humanidad algo que nunca creímos que pudiéramos desear, amar o comprender. Tal vez nunca esperamos que fuéramos a desear tomar este camino que se abre. Pero hace sentido, y marca ruta a largo plazo.
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No olvidéis respirar y respetar vuestros tiempos estos días. No os presionéis a hacer cosas que sintáis prematuras, y confiad en que podéis.
Feliz Luna Llena!
Un abrazo gigante chichis!!!
Y justo este Domingo hay elecciones en Andalucía
ResponderEliminarPues, ascendente Géminis, sol en Virgo, casa 10 en Piscis y Nodo sur, Neptuno, Urano y Saturno en Sagitario.
ResponderEliminar¿Por dónde no me toca? ;)