Luna Llena en Leo: abrirse a la experiencia

 

Hola chichis!!! El 16 de febrero tenemos Luna Llena en el 27º de Leo, con lo que damos culminación a un proceso interior de seis meses que venimos desarrollando desde el pasado agosto. De forma excepcional, esta lunación no aspecta a ningún otro planeta. Simplemente, tendremos al Sol y a la Luna mirándose, frente a frente, en relación de exclusividad. Retroalimentando, mutuamente, su luz. 

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Esta es una ocasión, por tanto, para redescubrir cómo nos relacionamos con nosotras mismas y con la vida. Para volver a mirar nuestra esencia, y encontrar cauces con los que despertar algún latido especialmente poderoso. Para aprovechar los instantes, en definitiva, y hacerlos nuestros. 

Encantada de conocerme

Leo es el signo del Sol: el signo de la luz y el calor que nos da vida. Con la Luna llenándose en este signo, es posible que nuestra energía se encuentre muy alta, movilizándonos a expresar con apertura aquello que nos diferencia o que nos hace únicas.

Por ejemplo, será un momento excelente para tomar conciencia de nuestra experiencia de la vida, del carácter particular que hemos dado a nuestras circunstancias, o de la atmósfera que hemos creado por nosotras mismas. 

¿Qué experiencias luminosas podemos agradecernos? ¿Qué dimensiones de nosotras mismas admiramos? ¿Hemos descubierto algo más de nuestra identidad o nuestra idiosincrasia que alienta nuestra confianza? 

Este es el momento, por qué no, de estar orgullosas de ser quien somos, al menos en algún aspecto de nuestra vida. 

Así que, pensemos. ¿Qué dimensión de nosotras mismas descubrimos los últimos meses? ¿Qué experiencias nutrieron nuestras ganas de entrar en juego en la vida y de disfrutar? ¿Qué nos ha venido haciendo felices?

Disfrutar como niñas

Estos pueden ser, a fin de cuentas, días en que veamos con claridad qué cosas nuevas nos apasionan. Pueden ser cosas sencillas, como hobbies o nuevas actividades que nos interesan y nos dan vidilla. Pueden ser nuevas actitudes con las que irradiamos vitalidad. Pueden ser nuevas fuentes de alegría, color y celebración. 

Lo que pide esta Luna es, sobre todo, que no restemos importancia a todo eso que nos hace brillar en nuestro tiempo de ocio, cuando podemos dejarnos ser. 

O, en otras palabras, que demos su justa importancia a todo eso que no es necesariamente útil, ni intelectual, ni sensible, que tiene que ver con nuestra performance de quién somos; con la forma en que nos sentimos cuando caminamos por la playa relajadamente, cuando reímos a carcajadas o cuando seguimos alguna corazonada.

Esta lunación nos conecta con la parte más inocente, sencilla y radiante de la vida. Con algo muy esencial que abunda en las niñas y niños y parece más frágil en la vida adulta. Nos ayuda a reconocer a qué estamos jugando; cuál es el juego vital en el que estamos inmersas, al que dedicamos los preciosos, efímeros e irremplazables instantes de la vida. 

La sombra arrojada

Lo sabemos de sobra: a mucho sol, mucha sombra. Esta Luna Llena no tiene aspectos mayores con otros puntos de la rueda astral, pero sí dibuja un quincuncio con Plutón: un aspecto sutil, pero incómodo, que problematiza la ingenuidad leonina con alguna que otra reflexión incómoda.

Por ejemplo, esta lunación nos ayudará a identificar si lo pasamos bien jugando a la vida que escogemos transitar. Preguntarnos si disfrutamos de la vida es duro. En realidad, los momentos en que disfrutamos plenamente de la vida no son muchos. Porque las personas tendemos a involucrarnos en conflictos, problemas y desvelos. 

No siempre podemos estar en la cresta de la ola, por mucho que la felicidad se venda como una aspiración obligatoria. 

Simplemente, no siempre ponemos el disfrute en la primera línea de nuestras prioridades. En la vida hay conflictos, dilemas, objetivos, y todo lo demás. Sin embargo, al final de nuestros días, es raro que vayamos a recordar lo que se acumuló en nuestra agenda, o las facturas que pagamos, o aquello que hicimos por compromiso, o aquello que resultó ser una desilusión. 

Leo es el signo de lo que nos es esencial, de lo que guardamos en el corazón. ¿Qué cosas, de todo lo que vivimos a diario, laten de verdad ahí dentro? Esta lunación es exigente en ese sentido. ¿Vivimos de forma genuina? ¿Nos abrimos a experiencias que nos hagan sentir vivas? Al transitar los instantes, ¿estamos cerca de nosotras mismas? ¿Creamos una impronta propia en nuestra forma de expresarnos, o en nuestra forma de relacionarnos?

Narciso

Es importante que no nos juzguemos a nosotras mismas si no estamos pasando por un momento estelar. Es importante que no nos forcemos a encajar en la imagen de lo que creemos que deberíamos ser. 

Aquí se trata de cómo ponemos corazón y autenticidad en lo que vivimos. No de presionarnos a adoptar una forma de lo que creemos que es más radiante.

Uno de los temas más comentados de Leo es el narcisismo. En realidad, el narcisismo no es tanto ese sencillo y llano egocentrismo, como se suele creer, sino que va más allá. El narcisismo es sacrificar nuestra esencia para adoptar la forma que consideramos más admirable, o más exitosa socialmente. Es renunciar a nuestra idiosincrasia para controlar nuestra vida y presionarla a adoptar una forma dada.

Por ejemplo, la empresaria que, moderna, independiente y todo, se resiste a divorciarse porque el final de su relación no encaja en su imagen de lo que es exitoso. ¡Cuántos años de amargura innecesaria por sostener una autoimagen ficticia! ¿No está renunciando, con eso, a vivir una relación que realmente le llene? O, por poner otro ejemplo, la experta de algo que no se permite aprender algo nuevo, porque entonces ya no sería la experta, sino la aprendiz, algo que contraría su autoconcepto.

Cuando pensamos en el narcisismo, siempre pensamos que es algo que le pasa a otra gente. Pero es parte de nosotras: todas lo hacemos a diversas escalas. Si hay algo de lo que nos hemos sentido orgullosas, o algo por lo que hemos recibido reconocimiento, o que adorna nuestra imagen como un atributo que consideramos brillante, simplemente nos cuesta dejarlo ir cuando ya fue, o cuando ya no nos entusiasma. 

Así es cómo el orgullo o el aplauso terminan por condicionar nuestra experiencia de vida. Simplemente, nos van encerrando en lo que nos parece más seguro, o en lo que se nos da bien. El narcisismo cercena la riqueza de experiencias, impidiéndonos arriesgar. Poniendo la vida al servicio de lo que pretendemos ser.

El narcisismo es acallar nuestra parte más humana; esa esencia, vulnerable y maravillosa, que recreamos y redescubrimos todo el rato, que nos lleva a dudar, a descubrir que no somos infalibles, o a transitar todos los colores de la vida. 

El narcisismo es hacer de nuestra identidad una construcción adorada; una fachada llena de secretos.

Así que esta Luna Llena en quincuncio a Plutón podría estar preguntándonos, precisamente, qué sacrificamos por sostener una imagen radiante. O qué partes de nuestro carácter quedan opacadas porque sentimos que podrían ser inadecuadas. A qué experiencias renunciamos para seguir nutriendo la fantasía de esas máscaras que nos gusta vestir en público. Cómo nos autocensuramos.

Individuación: la heroicidad de ser

¿Qué partes de nosotras pugnan por vivir, a las que hubiéramos negado un espacio? Hay miles de películas y novelas sobre eso: "soy ingeniera pero siempre quise ser actriz". "Soy madre pero siempre quise otra vida". "Me gustaría vestir de tal forma, pero estaría fuera de lugar". "Hacer tal cosa me encantaría, pero sería un poco excéntrico". 

Hay miles de cosas a las que nos inclina la vida, a las que sin embargo elegimos renunciar. ¿Para qué? ¡Para ser una persona más, según lo que entendemos que deberíamos ser! De lo que se trata aquí es de descubrir hasta qué punto somos creadoras de nuestra historia de vida. 

O hasta qué punto renunciamos a trazar una vida en primera persona. Más allá de la necesaria disciplina o madurez práctica, destinada a garantizar nuestra subsistencia, ¿qué condicionantes encauzan nuestras experiencias hacia cosas que no disfrutamos? La vida adulta conlleva hacer cosas que no nos apetecen, sí. 

Pero ¿ponemos de nuestra parte para vivir lo que nos gustaría vivir? ¿Nos abrimos a experimentar eso que deseamos? ¿Trazamos un camino único, insustituible?

Este es un gran tema que, en general, trabajamos toda la vida con nuestro Sol natal. Cómo ser una misma. Cómo ser genuina. Cómo desoír las proyecciones identitarias, propias y ajenas, y vivir lo que realmente necesitamos explorar. 

Pasión

El mismo día de esta Luna Llena, además, se da un evento astrológico muy pasional: la conjunción exacta de Venus y Marte. Esta conjunción se da en el 16º de Capricornio, y sería interesante ver en qué casa de nuestra carta astral cae, porque ahí vamos a focalizar un montón de voluntad y deseo estos días. También determinación. Al fin y al cabo, llevamos desde noviembre revolviendo la zona Capri, tratando de esclarecer qué queremos ahí. 

Ahora que Venus y Marte se unen en esa zona, es posible que empecemos a reconocer con más claridad el albor de una voluntad que comienza a desplegarse. 

El nacimiento de un deseo que aspira a perdurar a largo plazo, que ya hemos tenido la tentativa de llevar a la práctica. En definitiva, con Venus y Marte en aspectos armónicos a Urano y a Júpiter, lo que comienza es una gran oportunidad para replantear las cosas, para definir visiones a futuro y sueños que tantean cómo tomar forma.

Esta figura de aspectos favorece que creemos alternativas con las que recuperar la confianza, la ilusión o la esperanza en proyectos a futuro o planes de vida que desafíen lo que habíamos creído buscar hasta ahora, pero que también nos sorprendan gratamente.

Un nuevo plan

El otro día, hablando con una amiga, hicimos un repaso de todo lo que cambió en nuestras vidas desde 2019. Específicamente, de cómo cambió nuestro plan de vida. No es un secreto para nadie que los últimos años han traído muchos cambios de rumbo, tanto a nivel personal como colectivo. 

Pero algo propio de 2021 y 2022 que vengo observando en las consultas, es que ciertos problemas que parecían irresolubles, o tremendamente congestionados, se han despejado de golpe, de formas sorprendentes. Y eso nos ha hecho cambiar de lógica de una forma muy rápida; muy acuariana.

Estos días, con los aspectos que están haciendo Júpiter, Urano, Venus y Marte, empezamos a creer de nuevo en algo que nos había parecido imposible. Pero lo que es radicalmente distinto es el cómo. Cómo vamos a por ello. 

Tal vez lo que deseamos para nuestro futuro sí sea posible, después de todo. Tal vez lo que se cayó por el camino era la forma en que habíamos tratado de acceder a eso. 

Estos días tendemos a cambiar las formas, a dar la vuelta al proceso con el que buscábamos avanzar, o a encontrar alguna alternativa más viable, que nos permita revitalizar nuestra confianza a futuro. 

Si una vez tratamos de vivir algo que nos apasionaba y la puerta se cerró, ¿será que ahora podremos reconstruir esa ilusión planteándolo distinto? ¿Qué tiempo, espacio y energía estamos dispuestas a poner para abrir paso a lo que nos gustaría vivir? ¿Qué pequeños pasos podemos plantear para acercarnos cada vez más a eso que estamos visualizando como un nuevo ideal?

Por último, también destaca del clima astral que Saturno avanza a toda velocidad por Acuario, lo que significa que su cuadratura con Urano está aflojando bastante. De hecho, hasta septiembre, octubre y noviembre vamos a tener un cierto descanso de la cuadratura de Saturno y Urano. 

Los impedimentos que retrasaban el desarrollo de proyectos y alternativas empiezan a aflojar, trayendo algo dinámico y vibrante.

¿Qué nace de nosotras impulsar ahora mismo? Si habíamos estado trabajando en algún asunto creativo, en algún proyecto que haya requerido de cierta confianza y liderazgo, o si habíamos intentado crear interés en algún asunto al que hayamos puesto corazón, ahora es posible que podamos cosechar algún primer resultado, y que queramos celebrarlo. Además, con las luminarias en cuadratura al eje nodal, ¿será que ahora empezamos a ver las promesas que nos depara el camino que tenemos por delante? 

¿Cómo nos afecta esta Luna Llena?

Si tenéis planetas o cúspides al final de los signos fijos, como Tauro, Leo, Escorpio o Acuario, esta Luna Llena puede afectaros más. Mirad en qué casa de vuestra carta astral cae el grado 27 de Leo, porque será ahí donde la luz del plenilunio vendrá a alentar una respuesta, una conclusión o un resultado. 

Una vez, en una galletita de la suerte, me salió el mensaje: "sigue a tu corazón y nunca te perderás". Sin entrar a juzgar las virtudes de las galletitas de la suerte, creo que algo de eso podemos esperar, tal vez, en la casa de nuestra carta en la que caiga esta lunación. 

Ahí va a ser crucial la corazonada. Cómo sentimos, intuitivamente, nuestra inclinación. 

Ahí, también, podemos esperar cierta creatividad y cierto brillo personal, desempeñando carisma u obteniendo cierto reconocimiento, a diversas escalas. ¿Qué asunto de esa casa astrológica hemos logrado energizar? ¿Qué nos hace sentir orgullosas de nuestro desempeño en esa área de nuestra vida? ¿Qué disfrutamos que antes no estaba ahí?

Por último, también recordaros que otros asuntos propiamente leoninos pueden intensificarse estos días, como por ejemplo hijos e hijas, temas educacionales, juegos, actividades lúdicas o especulativas, artes escénicas, golpes de efecto, visibilidad y seducción, lujo y moda, asuntos relacionados con el protagonismo, el carisma y el liderazgo, reconocimientos, o sensibilidad al aplauso, o a la ausencia de él. Yo, por mi parte, voy a celebrar esta Luna Llena adoptando a una gatita. Al fin y al cabo, Leo. 

Esta Luna Llena es un pasito más hacia nosotras mismas. Nos da esa confianza necesaria para afirmar nuestra idiosincrasia y plantear nuestras experiencias de vida siguiendo lo que nos llena. Que disfrutéis de sus cálidos rayos de luz! 

Un abrazo grande, chichis!!!

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