Las personas con la Luna en Escorpio necesitan privacidad para sentirse bien, porque pueden sentirse abrumadas por emociones muy intensas que pueden resultar difíciles de compartir. Es una Luna con un contacto muy profundo con su propio interior, que a veces siente que si otras personas supieran lo que les pasa por dentro se sentirían molestas, o romperían sus lazos de afecto.
Al fin y al cabo, las personas con la Luna en Escorpio pueden sentir durante mucho tiempo que sus emociones son amenazantes: que si las dejaran salir su mundo afectivo y su equilibrio psíquico o anímico se vendría abajo. Por eso pueden reprimir y guardar para sí lo que les ocurre durante largos períodos, algo que puede causarles cierta sensación de angustia o desconexión afectiva.
Son Lunas que indagan sobre la vida y las pasiones con una pujante necesidad de vivir auténticamente, y eso pasa por transgredir las líneas rojas que otras personas consideran tabú. Porque, sencillamente, son Lunas que reconocen la sombra psíquica del ser humano, e investigan en ella de un modo un tanto detectivesco, buscando la verdad que se esconde bajo las apariencias de su entorno.
La Luna en Escorpio tiene contacto con su propio fondo psíquico y con el de las demás personas, captando sus vulnerabilidades de forma inconsciente, y eso puede generarles un miedo genuino o una fuerte desconfianza.
Porque saben que tras cualquier mascarada hay un fondo profundo que, aunque no es visible a simple vista, mueve a las personas a hacer y decir lo que dicen y hacen. De la misma forma, es una Luna muy hábil para detectar las corrientes sutiles de poder que alteran el mundo relacional.
Son Lunas que tienden a desnudar a quienes les rodean, con una presencia penetrante y escrutadora que echa abajo todas las justificaciones y todos los subterfugios. Son muy suspicaces, y cuestionan todo lo que encuentran para descubrir lo que no se ve a simple vista.
Tal vez por esa tendencia a explorar lo que otras personas esconden, cuando las Lunas en Escorpio se expresan pueden transformar su entorno de manera drástica, y por eso necesitarán compartir con las personas un acuerdo de compromiso e intimidad que las haga sentir seguras para compartir lo que sienten. No son Lunas que confíen en mucha gente, pero una vez se sientan seguras, tratarán de mantener sus lazos afectivos con un compromiso férreo y profundo.
Además, las Lunas en Escorpio necesitan sentir que tienen poder sobre su propia vida, y les incomodará mucho ceder a formalidades o a apariencias. Porque lo que buscan es establecer vínculos íntimos y auténticos que nazcan de la esencia misma del ser humano.
El reto en esto es que su forma de amar y proteger a quienes les importan puede quemar un poco a las demás con su constante necesidad de intensidad, porque son Lunas muy apasionadas, llenas de energía y poder de voluntad.
También suelen ser Lunas muy ambiciosas y perseverantes, porque reaccionan ante las constantes luchas de poder que observan en la atmósfera tratando de posicionarse de una manera fuerte que consolide su posición. No son Lunas declaradamente competitivas, pero tienden a reaccionar a paso fuerte con la intención de crear una atmósfera de protección duradera.
La Luna en Escorpio, de forma inconsciente, puede sentir que si no domina será dominada, y polarizar sus actitudes tratando de mantener el poder, como un mecanismo defensivo. Obviamente, todo esto se expresa a niveles cotidianos.
Por ejemplo, una niña con la Luna en Escorpio puede tratar de boicotear el cumpleaños de su hermana, por ejemplo negándose a disfrutarlo o a asistir, para confirmar que continúa siendo tenida en cuenta o apreciada en la familia. Por supuesto, cuando la Luna en Escorpio madura se expresa de otra forma más luminosa.
Además, su sed de verdad puede llevarlas a buscar inconscientemente situaciones límite que las ayuden a explorar sus pulsiones y su propia fortaleza interna. De la misma manera, tienden a cuidar a quienes les importan con una extraordinaria fuerza, porque una vez que alguien ha entrado a formar parte de su universo íntimo suelen experimentar grandes apegos.
Sin embargo, si algo no marcha bien en sus vínculos, tras una etapa de resistencia que puede resultar dolorosa, sabrán deshacer los lazos y rehacer su vida con una gran resiliencia.
La Luna en Escorpio es una gran investigadora, pero en ocasiones puede adentrarse en cuestiones un tanto oscuras, poniendo en tela de juicio el valor de la experiencia vital, o sintiéndose como si hubieran sido arrojadas al mundo, con algunas etapas de nihilismo.
En ocasiones, sobre todo en la adolescencia, la Luna en Escorpio puede generar una negación o un hastío hacia la vida, relacionado con una fuerte desconfianza ante el camino normalizado que se proyecta ante ellas, ya que lo pueden encontrar mediocre.
De alguna forma, la ausencia de certezas frente a cuestiones esenciales de la vida puede hacer que se sientan perdidas o perplejas ante las pulsiones contradictorias que habitan dentro de cada una de nosotras. Pero, sobre todo, se sentirán perplejas ante la simulación del mundo cotidiano, en el que se niega la sombra tajantemente, cuando nos presiona desde el interior.
En la vida adulta, la Luna en Escorpio se expresará de una manera igualmente compleja, pero potencialmente muy positiva para las personas que la rodean.
Puesto que es una Luna muy sensible para captar lo que pasa en el interior de la gente, puede reaccionar de una forma que confronta a las personas que la rodean consigo mismas, y si esto se encauza de forma madura, es una Luna con excelentes aptitudes para la psicología y la terapia. Porque puede ayudar a las personas a comprender su realidad interior y práctica con una cruda honestidad que las ayude a transformarse.
Es una Luna que puede revelar a las demás personas lo que no ven de sí mismas, y que también puede aceptar de las demás lo que las avergüenza. Y eso puede ser extraordinariamente sanador.
Lo que para otras personas es un tabú o un dolor pujante, para la Luna en Escorpio es parte de la verdadera naturaleza humana. Todas las personas albergamos emociones densas y experiencias sospechosas de ser inadecuadas, o emociones que consideramos incivilizadas.
La Luna en Escorpio, puesto que ha visto mucho dentro de las personas, no se asusta ante eso, y bucea en los cauces subterráneos del inconsciente con familiaridad.
Por eso, tras una primera parte de la vida en que pasa miedo, sospecha de la vida y reacciona con desconfianza o negación, la Luna en Escorpio puede ayudar a alumbrar sombras y a deshacer miedos, revelando su función e integrándolos en la vida de forma saludable.
El trabajo de la Luna en Escorpio es comprender y aceptar la sombra personal y ajena. Este paso de temer a la sombra a reconocer en ella un pozo de fuerza y resiliencia que nos empuja a salir adelante pase lo que pase, sucede normalmente tras una etapa larga de metamorfosis, que suele acelerarse y culminarse en la mitad de la vida.
El proceso de autodescubrimiento, aceptación y asimilación de los posos emocionales que la Luna en Escorpio había guardado para sí misma, hacia dentro, la hace descubrir verdaderos tesoros internos que, por considerarlos sospechosos, había enterrado en lo más profundo de su psique junto al dolor y otras emociones amenazantes.
Así que en ese proceso de depuración importantísimo que las personas con la Luna en Escorpio viven al menos una vez en la vida, pueden descubrir grandes talentos ocultos que habían desterrado de su vida.
Las personas con la Luna en Escorpio pueden sentir que hubo algo inadecuado en la atmósfera familiar de su infancia, y pueden pasar bastante tiempo haciendo un análisis exhaustivo de ello, dándose un tiempo para digerir todas las emociones derivadas de esas experiencias que vivió.
La Luna en Escorpio es muy hermética con lo que le pasa, concentrando emociones hasta que estas estallan en expresión y transforman las cosas. Es una Luna llamada a transformar su imaginario, su mundo emocional y sus inercias, así como los vínculos de lealtad que establece en el plano afectivo. Sus emociones evolucionan lentamente, porque son minuciosas, pero cuando llega a momentos de revelación, estos transforman su mundo cotidiano, su hogar, sus hábitos y sus vínculos.
A modo más anecdótico, las Lunas en Escorpio pueden considerar su hogar un subterfugio en el que desarrollar sus verdaderos intereses, además de un lugar en el que explayarse y liberar el veneno que les dio salir al mundo y beber de su hipocresía. Su casa es un lugar íntimo al que no entra cualquier persona, en el que se preguntan sobre la vida y hacen introspección.
Gracias, gracias, gracias 🌟. Me encantó
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