Hola chichis!!! Me he tomado algo más de tiempo del habitual para escribiros sobre esta Luna Nueva, porque, honestamente, quería experimentar cómo se va sintiendo a medida que se acerca. Y esto es porque se trata de una Luna Nueva bastante intuitiva, que va directa a las emociones. Este es un novilunio que transforma asuntos importantes a nivel personal, pero se proyecta más allá, hacia algo que apunta a la esfera de compartido.
Se trata de la Luna Nueva en Cáncer que tendremos la noche del 9 al 10 de julio. Se dará en el grado 18 de Cáncer, y activará especialmente a quienes tengáis planetas o ejes en signos cardinales (Aries, Cáncer, Libra y Capricornio). Pero mirad dónde cae el grado 18 de Cáncer en vuestra carta natal, porque es en esa casa en la que podréis aprovechar la impresionante fertilidad de esta lunación.
La Luna de las lunas
La Luna en Cáncer está en su propio signo, y al ser una Luna Nueva, hace aún más énfasis en el carácter sensible e introspectivo que de por sí tienen estos arquetipos. La Luna, y Cáncer, representan la raíz, el origen, el vínculo con la tierra de la que nos sentimos parte, y todo aquello que consideramos hogar, nido o refugio.
También representa a ese clan del que nos sentimos parte, ya sea personas amadas, que forman parte de nuestro universo íntimo, ya sea la familia, pueblo, ciudad, región, país. Cáncer, y la Luna, hablan de la geografía de nuestra microhistoria, y de los hilos con los que tejemos nuestro imaginario personal.
La Luna Nueva en Cáncer es una Luna que se rige a sí misma. Es una Luna fuerte, arquetípica, que nos pregunta qué queremos nutrir, y nos lo da todo para que podamos hacerlo.
Es una Luna que sabe trasvasar la energía, las ganas y el amor para realizar algo genuino y necesario, fortaleciéndose en el proceso. Es un Luna poderosa, autosuficiente, que nos pone en contacto con nuestra capacidad de dar, crear y nutrir. Cuanto más alimento, más me alimento. Cuanto más amo, más me amo. ¿Qué queremos alimentar? ¿Qué queremos ver crecer? ¿Qué amamos? ¿De qué nos sentimos parte? Cuando alimentamos lo que no es, ¿no nos sentimos debilitadas?
Esta Luna Nueva nos llama a no pasar por alto lo que sentimos, lo que nos llama desde un lugar de profunda memoria emocional, y lo que intuimos que podría ser. También nos llama a mirar de frente nuestras necesidades más profundas, y a habitarnos de un modo muy personal, transformando lo que sea necesario para nutrirnos y nutrir lo que amamos. Vamos a entender mejor qué nos trae examinando el clima astral que la rodea.
Renacer
Cáncer es el arquetipo de las aguas iniciadoras. Fuente de vida, pero también lugar al que se regresa cuando todo acaba. Cáncer es, a la vez, nacimiento y tumba, porque las raíces que penetran las profundidades de la tierra beben para crecer a la vida, pero también regresan, finalmente, al origen.
Cáncer es el impulso misterioso por el que la semilla nace a la vida, y es también donde habita todo lo que fue. Es, simultáneamente, un bastión de la memoria, y un lugar en el que digerimos el pasado para mirar hacia delante. Donde lo que fue se renueva, renace, emerge de nuevo en forma de una nueva vida.
El trasvase de generaciones, tradiciones, leyendas, recetas, costumbres: Cáncer habla de cómo bebemos de lo que fue para ramificar las expresiones de la vida, en el acto cotidiano de vivirnos y recrearnos.
En definitiva, la Luna se ilumina y apaga, pero nunca cesa su ciclo. Cáncer y la Luna representan el eterno ciclo de la vida, alumbrado por una rueda incesante de finales y comienzos.
¿Cuál es esa magia por la que podemos renovarnos? La Luna Nueva es el momento en que, precisamente, un proceso que fue llega a su fin, desprendiéndonos de los ecos del pasado, haciendo limpieza, identificando el albor de las nuevas necesidades que nos llaman desde dentro a renacer.
Lo que nace nos transforma
Como véis, esta lunación es bastante dramática, seria, y a pesar de darse en Cáncer, un signo asociado a lo cotidiano y próximo, no tiene nada de vulgar. Esto es así porque aspecta a todos los planetas transpersonales, y eso tiñe de densidad y trascendencia la atmósfera. Además, el aspecto más increíble y poderoso de esta Luna Nueva es su oposición a Plutón en Capricornio.
Una Luna Nueva en Cáncer y en oposición a Plutón es increíblemente potente. Un momento de extraordinaria fertilidad, en todos los sentidos.
Plutón, también, se ha asociado a las profundidades de la tierra, a las fuerzas ctónicas que transforman nuestro pulso de vida, y que nos motivan, desde las entrañas, a intervenir en el mundo que nos rodea para afirmar nuestra voluntad, transformándolo. Plutón representa, a la vez, muerte y renacimiento; desenlace y fértil comienzo.
Resiliencia y empoderamiento
Por otro lado, con Plutón en oposición a esta Luna Nueva, es posible que estemos mucho más sensibles, buceando en intensas emociones que, tal vez, nos hagan sentir contra la espada y la pared. Sin embargo, lo que reconozcamos a través de la intensa introspección que trae esta Luna Nueva puede hacer crecer nuestra resiliencia y nuestro poder personal. Al fin y al cabo, los procesos plutonianos hablan de ese tesoro escondido que solo podemos descubrir tras una intensa indagación.
¿Qué pasa si lo que necesito desafía mi sentido de seguridad o de comodidad? ¿Qué me hace sentir vulnerable? ¿Qué me intimida? ¿Me asusta cambiar? ¿Qué me da fuerzas?
Ahora tenemos la posibilidad de dar a luz un nuevo proceso, y es contundente. Porque va en la línea de mirar nuestras sombras a la cara y descubrir que tenemos poder ante ellas. Esta es la lunación ideal para reconocer patrones e inercias, herencias emocionales y costumbres arraigadas, y plantear iniciativas más allá, orientadas a la revitalización.
¿Nos nutre el lugar en el que echamos raíces?
Esta lunación es excelente para dejar atrás hábitos perjudiciales, vergüenzas, miedos y culpas, integrar lo que no habíamos querido mirar, y asumir la responsabilidad que tenemos ante nuestra propia vida. También es genial para modificar hábitos nutricionales, cuidarnos mejor, buscar el apoyo necesario y sacar a la luz lo que abunda en nuestras relaciones.
No tiene por qué ser así, pero si vuestra situación de convivencia es difícil, puede ser un momento delicado para los rencores, secretos, voluntades enfrentadas, manipulaciones, susceptibilidades y sospechas, especialmente en lo familiar, con tendencia a que lo que había estado oculto aparezca, se deje mirar, y se deje sanar.
De hecho, esta lunación también trae una tónica hermosa, tendente a la reconciliación, porque lanza un trígono, precisamente, a Neptuno en Piscis. Se sacan a la luz los asuntos irresueltos a nivel emocional, sean de la índole que sean, y se crean nuevos cauces por los que puedan disiparse o esclarecerse más allá de los viejos juicios.
Esta Luna Nueva invita a hacer las paces. A ver las cosas más allá de la óptica acostumbrada, identificando las posibilidades inspiradoras que ofrece la atmósfera.
Además, por sus aspectos a Neptuno y Urano, esta Luna Nueva es ideal para cambios de residencia, renovaciones en casa o trámites de nacionalidad y pertenencia. Por ejemplo, es genial para examinar cómo vivimos el arraigo, tal vez abriendo la puerta a que nos transplantemos, emocional o físicamente, al lugar en que tengamos más potencial de crecer.
Lo primero que me vino a la mente al ver la carta astral de esta Luna Nueva en séxtil a Urano fue la conocida frase de Virginia Woolf:
"No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente".
Aquí reconocemos, tal vez, que tenemos el poder de pensarnos más allá de condicionantes externos para preguntarnos, profundamente, de qué manera entendemos la libertad personal, y cómo queremos vivirla.
Ahora que nuestras viejas estructuras de seguridad son más precarias, mostrando poco a poco su obsolescencia, tenemos la gran oportunidad de ensayar alternativas con las que abrirnos espacio. Más allá de estrecheces, oscuridades, miedos y reticencias.
Romper costumbres para crear más vida
Recientemente hemos vivido las tensiones de Marte, Saturno y Urano, y como os comentaba en los últimos posts, son tensiones que invitan directamente a ponernos manos a la obra, a plantear estrategias de renovación en las que aplicamos por fin la nueva lógica que hemos trabajado lo que llevamos de año.
Con todo ello, de aquí hasta dentro de seis meses estamos inclinadas a construir consistentes avances en los cambios que ya llevamos necesitando muchos meses. Con la próxima Luna Llena en Cáncer, en el cambio de año, estaremos cosechando los resultados. Y hay muchos tránsitos que inclinan hacia ahí, subrayando este momento como una oportunidad de renovar profundamente las cosas.
En particular, en el momento de esta lunación tendremos a Venus y a Marte unidos en Leo, formando una T cuadrada con Saturno y Urano. Venus y Marte en Leo nos ayudan a confiar en quién somos, en lo que amamos de nosotras y en lo que deseamos, poniendo en valor nuestra capacidad de actuar de forma fiel a nosotras mismas.
¿Vivimos de acuerdo a nuestros valores? ¿Nos identificamos con la vida que nos rodea?
Ya conocéis el viejo lema de que lo personal es político. Esta lunación lo pone en un lugar protagonista. Con Saturno en oposición a Venus y Marte, es posible que estemos confrontando dinámicas de autoexigencia, presión o sobrecarga, identificando qué es lo que nos paraliza, o qué es lo que pugna por dejarnos en el mismo lugar de siempre.
El riesgo de ser genuinas
Con Urano en cuadratura a estos puntos, la toma de algunos riesgos puede parecer necesaria, al menos a alguna escala, cuando se trata de ir más allá de lo que nos había ofrecido una falsa sensación de logro o seguridad. El precio de pasar por alto lo que pugna por salirnos de dentro es caro. Así que las cosas inclinan a que acumulemos la valentía suficiente para romper silencios, costumbres, estructuras.
¿Cómo decir que no a lo que roba mi tiempo? ¿Cómo poner límites a las presiones ajenas? ¿Cómo asumir que ser quien necesitamos ser siempre acarrea consigo la frustración de alguna que otra expectativa ajena?
¿Cómo abrirme, expresarme, recrearme con libertad?
Saturno representa, entre otras cosas, el silencio. Y Venus, la voz. Saturno representa la cristalización inamovible. Y Marte, la acción afirmativa. Romper silencios o pasividades es un rasgo fundamental de este clima astral. No solo silencios y pasividades de cara al mundo de ahí fuera. También puede haber otras cuestiones sobre la mesa: ¿qué evito pensar, hacer, vivir? ¿Me autocensuro? ¿Me limito? ¿Me fuerzo a algo que en realidad hace más pequeño mi mundo?
No obstante, estos aspectos de Saturno y Urano a Venus y Marte también aben la posibilidad de que ganemos una impresionante lucidez sobre nuestras ciscunstancias. Y ahí es donde esta Luna Nueva trae una mayor serenidad. Porque ahora vamos a tener el valor de romper con lo que nos contenía excesivamente, acercándonos cada vez más a lo que sentimos ser.
Alimentar la vida
Por último, quedaría comentar los aspectos de Mercurio en Géminis a Neptuno y Júpiter. Por un lado, las tensiones de Mercurio y Neptuno ya están por fin en fase de disolución, así que en esta lunación salimos poco a poco de la burbuja de confusiones que hayamos tenido entre manos desde finales de mayo.
Mientras que, por otro lado, el trígono de Mercurio y Júpiter está en formación, y gana cada vez más presencia. Un trígono que favorece el aprovechamiento de experiencias y conocimientos para trazar una hoja de ruta. Este aspecto habla de cómo ahora, precisamente, florecen nuestras creencias, nuestra filosofía de vida o nuestra confianza ante el futuro.
Ahora vemos desplegarse aquello que nos inspira, ubicándonos y dando palabras propias a la historia de nuestra vida, del mundo, y de lo que hacemos en él.
Si sois artistas, o si disfrutáis de alguna actividad creativa, esta lunación llevará un paso más allá lo que estéis desarrollando. Pero más allá de eso, es una Luna Nueva como pocas, que trae una parte más compleja, relacionada con la valentía que se requiere para mirar lo que auténticamente abunda en nosotras, y para transformar lo que sea necesario para sentirnos más cerca de nosotras mismas. Pero también trae un enorme poder para dar veracidad a nuestra vida. Para nutrir lo que realmente nos hace sentir vivas y crecer.
Un abrazo grande, chichis!!!
Espectacular escrito. Bendiciones
ResponderEliminarMe encanta! Es casi poesía tu prosa. Felicitaciones
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