Hola chichis!!! Vivimos rodeadas de lemas que nos instan, a veces de una forma presionante, a ser felices, a vivir la vida al máximo, o a desarrollar el 100% de nuestro potencial. ¡Qué estrés! Muchas veces me preguntáis cómo integrar este planeta o el otro, e inevitablemente pienso en esto: ¿es la astrología algo que termina por presionarnos a darlo todo?
"Integrar", "soltar" o "evolucionar" son solo algunos de los términos que se manejan a diario en la astrología, hasta el punto de que muchas de las preguntas que me hacéis van por ahí. Pero ¿por qué no buscar palabras propias para hablar de nuestra vida?
¿Qué significa integrar una zona de la carta?
A veces, cuando hablamos de "integrar" esta parte u otra de la carta, tenemos una vaga idea de lo que podría significar. Creo que muchas veces cuando hablamos de cómo integrar un planeta, una cuadratura, etc, lo que en realidad queremos saber es cómo dar un empujón a nuestra madurez en los temas que representa, para que deje de costarnos y se resuelva definitivamente.
Pero pensar que llegará el momento en que tengamos "integrado" todo el potencial de nuestra carta sería como pedirnos dar el 100%, o lograr un estado definitivo de perfección, sostenible en el tiempo de forma indefinida.
En realidad, el desarrollo personal es algo irregular. Y suele suceder que dependiendo de lo que estemos viviendo en cada momento tendemos a desarrollar más unas partes u otras de la carta. Os pongo un ejemplo.
¿Es saludable pedirnos dar el 100%?
Imaginad que durante la semana tenemos como objetivo comer bien, hacer ejercicio, ser eficientes y productivas en el trabajo, impulsar un hobbie personal que nos haga sentir realizadas, aprender algo nuevo cada día, hablar con amistades y disfrutar de momentos románticos y sensuales con alguien querido. ¿Se parecen todos esos objetivos a lo que hacemos en una semana real?
Tal vez el día que comemos bien y hacemos ejercicio no tengamos tiempo para trabajar y conversar amistosamente con gente querida. O tal vez el día en que somos más eficientes en el trabajo no sea precisamente el día en que más realizadas nos sentimos a nivel creativo o relacional. Pedirnos tener al 100% todo a la vez puede estresarnos, porque es poco realista.
Con la carta astral pasa algo parecido. Suele ocurrir que las etapas vitales en las que nos focalizamos más en trabajar nuestras relaciones, tal vez perdamos más de vista la eficacia en el trabajo. O que cuando estamos muy focalizadas por progresar laboralmente o incluso subsistir, nos cueste más estar pensando en hobbies.
Escuchar en qué momento estamos
El desarrollo personal involucra de forma integrada a todos los puntos de la carta, pero dependiendo de lo que estemos viviendo tendemos a dar más protagonismo a ciertas cosas.
Tal vez, tras una etapa muy sociable, en la que nuestro Venus y Mercurio natales se expresan a tope, viene otra un tanto más solitaria en la que estamos focalizadas en nuestro Saturno, es decir, en cosas tirando a productivas. O, tal vez, cuando rompemos con viejos condicionantes y desarrollamos más nuestro espacio personal uraniano, no desarrollamos tanto a nuestra Luna, que demanda comodidad, repetición y protección.
Cada parte de la carta tiene sus momentos álgidos. Pero es raro que se den todos a la vez. Sin embargo, si pensamos en conjunto, vemos el camino que hemos hecho, entendiendo que unas etapas desarrollamos más unas cosas u otras. De ahí podemos obtener aceptación de nuestras circunstancias, entendiendo en qué momento estamos, y de qué forma habitarlo.
Por ejemplo, con un tránsito muy duro de Saturno a nuestro Venus, sería algo raro que describiéramos nuestra vida como placentera. También tiene que haber momentos en que nos sintamos perdidas, en que nos sintamos cansadas, o a medio gas.
Darnos tiempo
El desarrollo personal no se puede rebobinar hacia delante. Entonces, ¿cómo integrar una zona de nuestra carta que percibimos como conflictiva? Escuchando en qué momento estamos, y haciendo lo que podamos. Eso sobre todo. Y, por otro lado, reconociendo el camino que hemos hecho ya en eso. Seguramente lo tengamos más desarrollado de lo que creemos. Al fin y al cabo, llevamos toda la vida conviviendo con nuestro carácter.
Además, sucede algo curioso. Después de una época en que hayamos desarrollado mucho a una zona de nuestra carta, incluso cuando pasamos mucho tiempo desconectadas de eso, porque ponemos la atención y la energía en otras áreas, nos resulta más fácil volver a tomar contacto.
Es un poco como los idiomas. Cuando hablamos perfecto un idioma y lo dejamos durante unos cuantos años, y nos vemos en la necesidad de utilizarlo de nuevo, puede que lo sintamos algo oxidado, pero podemos recordarlo fácilmente tras un primer momento de dificultad.
Lo importante es dar cabida a todo lo que queramos vivir en el conjunto de nuestra vida. No tanto vivirlo todo de golpe. Y tomar buenas decisiones que nunca atropellen lo que sentimos prioritario en el momento presente.
Astrología sin estrés
En fin, solo quería daros estas pinceladas, porque esta semana me han venido muchas preguntas así. Este año es duro, pero no deberíamos vivir las dificultades con culpabilidad. El dolor, la soledad, la tristeza... las emociones que generalmente no serían las mejores invitadas, necesitan tener un espacio. No es nuestra culpa no ser felices y perfectas todo el tiempo. Es ley de vida.
En el mismo sentido, aprovecho para comentaros que tampoco deberíamos tomar los análisis del clima astral como algo estresante. No porque haya una Luna Nueva tenemos necesariamente que "aprovecharla" iniciando algo. No porque haya tensiones en el clima astral tenemos necesariamente que estresarnos o imaginar catástrofes. La astrología habla de la vida: es su reflejo, no su causa. Y está ahí para ayudarnos a reflexionar sobre lo que estamos viviendo, ¡no para ser obedecida!
Así que: la astrología, ¿estresa? Puede estresar si nos la tomamos como un imperativo de alcanzar un estado de perfección final. Pero no deberíamos tomarla así. Simplemente, creo que deberíamos tomarla como lo que es: un lenguaje para reflexionar desde otra perspectiva. Pero somos nosotras las que decidimos cómo encauzar las cosas.
Y no hace falta demostrarnos constantemente que estamos dando lo mejor de nosotras todo el tiempo. Tenemos derecho a vivir como queramos y como podamos. Creo que también la calma y la comodidad son importantes. No siempre hay que abandonar el lugar de confort, por mucho que los lemas inspiracionales lo promulguen.
Nosotras decidimos cuándo queremos confort, y cuándo queremos movernos más allá. Cuándo queremos desarrollar unas áreas de la vida, y cuándo otras. Hay tiempos para todo. La vida no puede ser un plan mental que llevamos a la acción. También tenemos que escuchar al cuerpo, a las emociones, a las acciones.
Un abrazo, chichis!!!
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