La Luna en Cáncer está en su propio signo, así que se expresa de forma un tanto arquetípica. Es una Luna muy fuerte y muy sensible, con mucho contacto con su interior, y mucha escucha a sus necesidades y a su universo íntimo.
Lo que necesita la Luna en Cáncer para sentirse bien es seguridad, y mucho tiempo para sí misma, porque es muy consciente de que el tiempo dedicado a cuidarse vale oro.
La clave para entender a esta Luna es que sus emociones funcionan como una brújula, muy intuitiva, que la lleva siempre a escoger aquellos entornos y actividades que la alimenten, que la nutran por dentro, o que la hagan sentir alineada con su flujo interior de sensaciones.
Por eso, tal vez, es una Luna que establece puentes entre la realidad y el mundo sutil de la ensoñación, de una forma poética y creativa. Al fin y al cabo, es una Luna esponja, que absorbe de las atmósferas en las que está los colores emocionales que encuentra.
Precisamente eso es lo que la hace sentirse un tanto sobrecargada cuando ha pasado mucho tiempo en el mundo de "ahí fuera", y necesita recluirse en casa de vez en cuando para recuperarse del arrollador caudal de estímulos que percibe cuando entra en contacto con el ajetreo.
Esta Luna necesita privacidad a menudo, porque, como el cangrejo, tiene un corazón blandito y acaba por desarrollar alguna coraza tras la que reponer fuerzas: es tan empática que a veces necesita soledad para recuperar el curso equilibrado de sus emociones.
Porque la Luna en Cáncer no solo se escucha a sí misma muchísimo, sino que reacciona de forma natural ante las situaciones buscando el corazón subjetivo de las cosas. Por eso es una Luna muy intuitiva y empática para percibir qué está pasando en el interior de las demás personas.
Para sentirse cómoda, y para sentirse bien, necesita verdaderamente que las personas que le importan se sientan tranquilas y protegidas, nutridas. Y desempeñará su imparable energía y autodeterminación, como una catarata, en ayudar, cuidar, mimar y dar soporte a las personas que la rodean.
A pesar de que disfruta estar a solas, es una Luna sumamente sociable, para la que los vínculos de intimidad con las personas que le importan son una dimensión esencial de la vida. Es una Luna muy afectuosa, con mucha necesidad de cariño, que ama de una forma un tanto maternal.
Por eso mismo, es una Luna que sabe sacar de la gente a la niña interior que todas llevamos dentro, y su presencia puede ser muy reconfortante, haciendo sentir a las personas que su presencia es un abrazo envolvente y cálido.
Al fin y al cabo, son Lunas que dan refugio a las demás, y que tienden a asumir como propios sus dilemas, incluso cuando no les han pedido ayuda. De ahí que, en su afán de proteger, puedan resultar un poco intrusivas en ocasiones, dando consejos no solicitados, o estando muy pendientes de lo que ocurre a su alrededor.
Es decir, su amor y su cariño pueden invadir en ocasiones a las personas que aman, o fomentar de alguna forma su dependencia. Esa sería una de sus facetas más retantes.
Es una Luna que establece vínculos de familiaridad y apoyo mutuo, porque también necesita vivir sabiéndose parte de algo más: de un clan, como la familia, o algún otro tipo de agrupación con la que se identifique de forma emocional.
Las personas con Luna en Cáncer dan importancia a los recuerdos y tienden a la nostalgia, porque en el pasado hallan claves que la ayudan a entender su presente, además de esa dimensión de su identidad que bebe de experiencias compartidas. Al fin y al cabo, su tendencia a la memoria es una forma de introspección que la vincula a personas, emociones, espacios y sensaciones que la ubican en el mundo como parte de algo mayor.
Son personas que pueden tener álbumes de fotos, souvenirs y recuerdos, o que guardan con cariño algún juguete de la infancia. También suelen tener un vínculo muy especial con algunas figuras de la familia, hacia las que guardan cariñosamente algún tipo de lealtad, dando continuidad a su legado emocional durante toda la vida.
Por ejemplo, pueden relacionar recetas con personas amadas y situaciones vividas, y hacerlas como si fueran un ritual para encontrarse a sí mismas. De alguna forma, las personas con Luna en Cáncer no están solas en la cocina. Ahí están la madre, la abuela, y las personas amadas que solo se fueron parcialmente.
De la misma forma, también pueden sentir apego hacia su lugar de origen, visitar los lugares en los que transcurrió su infancia, o conservar viejos hábitos que las retrotraen a evocadores recuerdos. Porque la niña que fueron de 4, 7, ó 12 años, está ahí todavía: están ahí todas juntas, sintiendo a la vez.
La memoria y el presente son parte de una misma simbiosis para las personas con la Luna en Cáncer. Viven el presente desde esa conciencia de transformación, y conociendo de primera mano el valor del instante. ¡Tal vez por eso sean personas con mucho apego! Quieren mantener vivas las cosas todo el tiempo posible. Quieren nutrir, hacer crecer: cuidar lo bello de la vida para que nunca se vaya.
Además, valorarán a la gente con la que vivieron experiencias como si fueran parte de sí mismas. ¡De ahí que nunca infravaloren sus compromisos! Son Lunas para las que, una vez que alguien a entrado en su mundo íntimo, ya son parte de la familia. Porque buscan conservar vivo el bello tiempo que pasaron juntas, conservando y nutriendo el vínculo indefinidamente.
Además, cuando ya se ha recuperado en su casa del mundo exterior (que le puede parecer algo duro y amenazante en ocasiones), la Luna en Cáncer puede ser arrolladoramente carismática cuando se desenvuelve en público, con un sexto sentido para reflejar de las personas y las atmósferas lo que otras aún no han percibido o no han atinado a formular.
Es una Luna que reacciona involucrándose personalmente en lo que la rodea. De ahí que también puedan ser muy populares, alternando cíclicamente sus momentos de interiorización con momentos de extroversión muy vivaces.
Y es que claro, la Luna es el planeta más rápido, y tiene ciclos muy cortos. Y la Luna en su propio signo... puede traer algunas oscilaciones anímicas bastante notables. Lo importante es que sepan reconocerlas y gestionarlas.
Muchas veces, estas oscilaciones pueden hacerlas maestras del mundo interior, por lo que son expertas en expresar emociones, y en consecuencia son grandes narradoras, que pueden transportar a quienes las escuchan a un universo imaginario muy rico.
Un mundo imaginario que bebe, naturalmente, de los cuentos que ellas escucharon. Es una Luna que se empapa de cuentos, leyendas, folclore, historias... y las hace suyas. Es la Luna que bebe de sus raíces culturales al ponerse a imaginar y a crear.
La casa de las personas con Luna en Cáncer es sagrada: un santuario de bienestar y autocuidado, un refugio y un lugar de paz, en el que buscan recomponerse cuando han vivido un exceso de mundo. Les gusta pasar tiempo en casa, cocinar, descansar, y disfrutar de pequeños placeres en ella.
Seguramente es una casa en la que hay fotos de la abuelita, o dibujos de las sobrinas, algo que cuidar (plantas, tal vez) y que tiene un sofá cama para cuando venga la mejor amiga, a la que querrán adoptar como excelentes anfitrionas... ¡todo el tiempo que se deje!
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