Hola chichis!!! ¿Sabéis quién fue Johanna Bonger? Fue una de esas mujeres invisibles e imprescindibles que han impactado fuertemente en nuestro mundo sin que lo sepamos.
Fue una mujer holandesa que gozó de una exquisita educación a pesar de los impedimentos de su contexto, e incluso viajó para satisfacer su curiosidad intelectual y trabajar en la Biblioteca Británica como feliz mujer soltera, en pleno siglo XIX.
Después se casó con Theo Van Gogh, con el que vivió apenas un año y medio, puesto que, al morir Vincent Van Gogh, su hermano Theo la dejó viuda meses después. Los hermanos tenían un lazo tan fuerte que murieron prácticamente a la vez.
Johanna quedó viuda con 28 años (en la época de su revolución de Saturno). No tenía de qué vivir, pero tenía un bebé de un año, un piso en París, y más de 200 pinturas de su difunto cuñado que, en aquel momento, no valían nada. ¿Adivináis ya cuál fue su contribución a la historia?
Vincent van Gogh fue muy prolífico, y en su tiempo algunos pintores reconocían en sus obras el carácter de un verdadero y genuino artista que pasaría a la historia. Pero ni el público ni el mercado del arte de su época tenían la misma opinión. De hecho, durante la vida del pintor, este solo vendió un cuadro (el que véis arriba). Y cuando murió su obra no tenía ningún valor.
Johanna Bonger no había tenido muy buena relación con su cuñado en vida, pero como mujer de carácter, que pensaba por sí misma, tuvo la visión y la astucia para dar a conocer su obra.
Se dedicó a editar y traducir las cartas de los hermanos van Gogh, a hacer exhibiciones y a promover las pinturas de su cuñado entre marchantes, coleccionistas y museos. Mientras tanto, se ganaba la vida gestionando una pensión que había establecido en su casa.
Si no fuera por el desempeño de Johanna, la obra de Van Gogh se habría perdido, y hoy en día no tendríamos esa gigantesca herencia cultural.
Y es que un artista no es el único responsable del alcance de su obra. La calidad de una obra artística no es suficiente para llegar a algo: es preciso ponerla en el contexto adecuado. ¿Cuántos Van Goghs habrán muerto sin pena ni gloria? ¿Cuánto arte y conocimiento habremos perdido por la falta de visión de quienes gestionaron su legado?
Afortunadamente, sabemos que Johanna nació el 4 de octubre de 1862 en Ámsterdam, y podemos analizar su carta natal, que no tiene desperdicio.
Johanna era Ascendente Leo, por lo que las cúspides de su carta caen en signos fijos. Esto nos da una idea de su capacidad de constancia y persistencia, de su liderazgo y su capacidad para confiar en su propia visión de las cosas. Una mujer de carácter que tenía las cosas claras y no dudaba de sí misma.
Su Sol (el regente de su carta) estaba en conjunción a Júpiter, en Libra y en su casa 2. Libra es un signo cardinal, y esta posición del Sol indica un talento natural para negociar, establecer contactos y relaciones. Además de una sensibilidad estética exquisita. Fue una visionaria adelantada a su tiempo, que supo ver la cualidad artística de unas pinturas que solo empezaron a gustar masivamente décadas después.
El Sol hace oposición a Marte, domiciliado en Aries y en su casa 9. Este Marte indica una enorme energía para ponerse en acción y luchar por sus propósitos: no olvidemos que la casa 9 es la del sentido que damos a nuestra vida. Con esta ordenación planetaria en su carta, Johanna tenía muy claro cuál era su objetivo, confiaba plenamente en su forma de ver las cosas, a pesar de que otras personas no la entendieran, y tenía la habilidad de autoafirmarse a sí misma y de abrir nuevas formas de ser a otras personas.
De hecho, en la segunda mitad de su vida fue una comprometida activista socialista, manifestando esta oposición Marte-Sol en Libra por su vertiente política. También viajó mucho, otra expresión de este Marte en casa 9.
El Sol también hace quincucio a Plutón en Tauro, en su casa 9, sobre el Medio Cielo. Plutón en Tauro fue un tránsito generacional que, precisamente, supuso la renovación de las artes plásticas a través de las tendencias postimpresionistas y las vanguardias.
En su caso, este Plutón en casa 9 refuerza aún más el propósito indicado por Marte, añadiendo una enorme voluntad y capacidad de focalización. este Plutón en Tauro, tan cerca de su Medio Cielo, señala que su contribución a la sociedad y a la historia fue transformadora, ambiciosa e importante, y que incidió especialmente en el campo de las artes plásticas, regidas por Tauro.
Mercurio en Escorpio y en casa 3 hace oposición a este Plutón tan vanguardista. Su Mercurio en casa 3 (estudio, comunicaciones, hermanos) y en Escorpio (muerte) en oposición a su Plutón en Tauro (propósito) es la expresión precisa de su ambiciosa tarea de traducir las cartas póstumas que los hermanos Van Gogh, para respaldar con su valioso contenido artístico la legitimación de la obra pictórica de Vincent.
Venus y Saturno en Virgo, en casa 2, dicen de ella que era una talentosa gestora, muy trabajadora y buena administradora de sus recursos, que supo lograr una independencia económica asombrosa para una mujer de su época, y supo sacar el mejor partido de su herencia pictórica.
Venus y Saturno en oposición a Neptuno en Aries en su casa 8 habla de la gestión de esa obra artística heredada, de carácter pionero (Aries).
Venus y Saturno en cuadratura a Urano en Géminis y en casa 10 también habla de su persistente esfuerzo por hacer de su cuñado "loco" un genio reconocido.
Además, su Urano recibe un trígono de la Luna en Acuario en casa 6, sobre su Descendente. Esta posición de la Luna indica mucho trabajo, mucha innovación y mucho genio por su parte para establecer relaciones provechosas.
En definitiva, una mujer muy interesante a la que culturalmente debemos muchísimo. Su visión del arte ha hecho de su herencia personal un patrimonio artístico universal. ¿Cuántas pinturas, películas y novelas se han producido haciendo guiños a la obra de Vincent van Gogh? Hoy son parte de nuestro imaginario colectivo gracias a esta mujer "invisible".
Un abrazo chichis!!!
¿Quieres hacer alguna consulta astrológica?
Fue una mujer holandesa que gozó de una exquisita educación a pesar de los impedimentos de su contexto, e incluso viajó para satisfacer su curiosidad intelectual y trabajar en la Biblioteca Británica como feliz mujer soltera, en pleno siglo XIX.
Después se casó con Theo Van Gogh, con el que vivió apenas un año y medio, puesto que, al morir Vincent Van Gogh, su hermano Theo la dejó viuda meses después. Los hermanos tenían un lazo tan fuerte que murieron prácticamente a la vez.
Johanna quedó viuda con 28 años (en la época de su revolución de Saturno). No tenía de qué vivir, pero tenía un bebé de un año, un piso en París, y más de 200 pinturas de su difunto cuñado que, en aquel momento, no valían nada. ¿Adivináis ya cuál fue su contribución a la historia?
Vincent van Gogh fue muy prolífico, y en su tiempo algunos pintores reconocían en sus obras el carácter de un verdadero y genuino artista que pasaría a la historia. Pero ni el público ni el mercado del arte de su época tenían la misma opinión. De hecho, durante la vida del pintor, este solo vendió un cuadro (el que véis arriba). Y cuando murió su obra no tenía ningún valor.
Johanna Bonger no había tenido muy buena relación con su cuñado en vida, pero como mujer de carácter, que pensaba por sí misma, tuvo la visión y la astucia para dar a conocer su obra.
Se dedicó a editar y traducir las cartas de los hermanos van Gogh, a hacer exhibiciones y a promover las pinturas de su cuñado entre marchantes, coleccionistas y museos. Mientras tanto, se ganaba la vida gestionando una pensión que había establecido en su casa.
Si no fuera por el desempeño de Johanna, la obra de Van Gogh se habría perdido, y hoy en día no tendríamos esa gigantesca herencia cultural.
Y es que un artista no es el único responsable del alcance de su obra. La calidad de una obra artística no es suficiente para llegar a algo: es preciso ponerla en el contexto adecuado. ¿Cuántos Van Goghs habrán muerto sin pena ni gloria? ¿Cuánto arte y conocimiento habremos perdido por la falta de visión de quienes gestionaron su legado?
Afortunadamente, sabemos que Johanna nació el 4 de octubre de 1862 en Ámsterdam, y podemos analizar su carta natal, que no tiene desperdicio.
Johanna era Ascendente Leo, por lo que las cúspides de su carta caen en signos fijos. Esto nos da una idea de su capacidad de constancia y persistencia, de su liderazgo y su capacidad para confiar en su propia visión de las cosas. Una mujer de carácter que tenía las cosas claras y no dudaba de sí misma.
Su Sol (el regente de su carta) estaba en conjunción a Júpiter, en Libra y en su casa 2. Libra es un signo cardinal, y esta posición del Sol indica un talento natural para negociar, establecer contactos y relaciones. Además de una sensibilidad estética exquisita. Fue una visionaria adelantada a su tiempo, que supo ver la cualidad artística de unas pinturas que solo empezaron a gustar masivamente décadas después.
El Sol hace oposición a Marte, domiciliado en Aries y en su casa 9. Este Marte indica una enorme energía para ponerse en acción y luchar por sus propósitos: no olvidemos que la casa 9 es la del sentido que damos a nuestra vida. Con esta ordenación planetaria en su carta, Johanna tenía muy claro cuál era su objetivo, confiaba plenamente en su forma de ver las cosas, a pesar de que otras personas no la entendieran, y tenía la habilidad de autoafirmarse a sí misma y de abrir nuevas formas de ser a otras personas.
De hecho, en la segunda mitad de su vida fue una comprometida activista socialista, manifestando esta oposición Marte-Sol en Libra por su vertiente política. También viajó mucho, otra expresión de este Marte en casa 9.
El Sol también hace quincucio a Plutón en Tauro, en su casa 9, sobre el Medio Cielo. Plutón en Tauro fue un tránsito generacional que, precisamente, supuso la renovación de las artes plásticas a través de las tendencias postimpresionistas y las vanguardias.
En su caso, este Plutón en casa 9 refuerza aún más el propósito indicado por Marte, añadiendo una enorme voluntad y capacidad de focalización. este Plutón en Tauro, tan cerca de su Medio Cielo, señala que su contribución a la sociedad y a la historia fue transformadora, ambiciosa e importante, y que incidió especialmente en el campo de las artes plásticas, regidas por Tauro.
Mercurio en Escorpio y en casa 3 hace oposición a este Plutón tan vanguardista. Su Mercurio en casa 3 (estudio, comunicaciones, hermanos) y en Escorpio (muerte) en oposición a su Plutón en Tauro (propósito) es la expresión precisa de su ambiciosa tarea de traducir las cartas póstumas que los hermanos Van Gogh, para respaldar con su valioso contenido artístico la legitimación de la obra pictórica de Vincent.
Venus y Saturno en Virgo, en casa 2, dicen de ella que era una talentosa gestora, muy trabajadora y buena administradora de sus recursos, que supo lograr una independencia económica asombrosa para una mujer de su época, y supo sacar el mejor partido de su herencia pictórica.
Venus y Saturno en oposición a Neptuno en Aries en su casa 8 habla de la gestión de esa obra artística heredada, de carácter pionero (Aries).
Venus y Saturno en cuadratura a Urano en Géminis y en casa 10 también habla de su persistente esfuerzo por hacer de su cuñado "loco" un genio reconocido.
Además, su Urano recibe un trígono de la Luna en Acuario en casa 6, sobre su Descendente. Esta posición de la Luna indica mucho trabajo, mucha innovación y mucho genio por su parte para establecer relaciones provechosas.
En definitiva, una mujer muy interesante a la que culturalmente debemos muchísimo. Su visión del arte ha hecho de su herencia personal un patrimonio artístico universal. ¿Cuántas pinturas, películas y novelas se han producido haciendo guiños a la obra de Vincent van Gogh? Hoy son parte de nuestro imaginario colectivo gracias a esta mujer "invisible".
Un abrazo chichis!!!
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