Hola chichis!!! El jueves 10 de julio la Luna se ilumina completamente en Capricornio, a solo tres días de que Saturno, su regente, entre retrógrado en Aries por primera vez. ¿Algo encaja?
Esta Luna viene por piezas como un montable, y es posible que, aunque no sepamos dónde tiene el centro hacia el que hay que aullar -vista la diversidad de fragmentos que trae-, internamente sí haya algo que hace clic y pone algún mecanismo en movimiento.
De hecho, ¿habéis notado el subidón de actividad con todos los planetas transpersonales en signos yang? El cielo parece deseoso de vaciarse sobre el mundo de una sola vez, como una tormenta o un tsunami. Su fuerza es insoportable si pretendemos quedarnos en el sitio. Pero si nos subimos a la ola y dejamos que nos mueva... el vértigo también puede ser para bien.
Y en medio de todo, mientras removemos ilusiones, responsabilidades y mundos posibles bajo la luz del plenilunio, yo traigo una idea vieja que toma su tiempo masticar: el respeto.
Como sabéis, Saturno y Neptuno están muy juntos en Aries: las normas, las líneas y los límites flojean, se derriten al calor del deseo del más fuerte, o quedan en poco, en una indiferenciada masa fofa, un plasma abominable, flubber arrojadizo.
Qué fácil es entonces extralimitarse, invadir el espacio de decisión ajena, atentar contra la otra parte. O, también, permitir que decidan por nosotras, ceder nuestro espacio.
Respeto es, en parte, hacer compromiso con un equilibrio.
Aunque claro, hay equilibrios que, por muchos años que cumplan, por mucha tradición y consenso que lleven, no son más que una costumbre que flojea. Hay equilibrios que no tienen derecho. Que vienen tan descompensados, tan precarios, que traen en sí un irremediable germen de desacato.
Así que pensar en el respeto también hace pensar en la justicia. En la igualdad.
Yo creo que algo tienen todos los seres vivos que los hace merecedores de respeto -y si me apuran, todas las cosas: también las piedras, los troncos, las montañas, la arena, el mar-. Y eso no me parece condicional. Mirar a los ojos a otro ser humano, a un pájaro o a un perro debería ser suficiente para que algo ahí dentro haga clic y nos reconozcamos cómplices.
Yo quiero creer que el sentido de justicia aflora de forma espontánea cuando conectamos con otro ser vivo. Quiero creer que las atrocidades son fruto de la maldad. Pero tengo la sospecha de que, en su mayoría, son fruto de una accidentada vanidad. Quien falta el respeto, lo hace porque puede, aunque no lo necesite. Porque es la forma de reforzar las líneas de un orden desigual que agoniza, que no se cree.
🐐🐐🐐
El 2024 acabó con una Luna Nueva en Capricornio. En aquel momento, Marte estaba retrogradando en frente de Plutón, y muchas personas estaban preparándose para emprender cambios que daban bastante vértigo.
Anunciados o no, deseados o accidentados, los cambios fueron fraguando. Y la Luna Llena que hay ahora en el 18º de Capri arroja luz sobre las huellas, las consecuencias y las formas que cuajaron después de estos seis meses. Algo maduró, y pide ser reconocido.
Igual que en la lunación de hace seis meses, Marte está muy presente. En esta ocasión está directo, sobre el Nodo Sur y en trígono a la Luna Llena.
Esto trae a la atmósfera un tono de franca hiperactividad, un trabajo y esfuerzo casi compulsivo, y una precipitada impaciencia por llevar a término lo que imaginamos -sobre lo que tendemos a volcar, por cierto, bastantes expectativas, por la influencia de Neptuno-.
A los temas típicamente capricornianos,🐐🏔️📈💼🎓🏆🕰️🌲🪐🧊💍🚦🏰⌛👵 esta Luna Llena suma cuestiones como el peso de carga, la fuerza y el músculo. Y no solo en su sentido más tangible. Por ejemplo: ¿Qué peso tienes en tu entorno? ¿Qué fuerzas puedes movilizar? ¿Cuánto puedes resistir?
Y también… ¿cómo te ejercitas, para qué te preparas? Urano acaba de entrar en Géminis, y esta lunación de Tierra se anticipa; responde al cambio de aires. Cuestiones como el control, la capacidad, la prudencia y la preparación, la gestión del tiempo, el sentido de oportunidad…
…nos retornan, bajo otra óptica, a una cuestión ya conocida: el viejo problema de las aspiraciones, los objetivos de vida, la obsesiva fe que le tenemos a la productividad, y la dificultad histórica para definir el éxito de una manera compatible con la vida, de una forma que no la sofoque.
Como el regente, Saturno, se prepara para entrar retro en máxima cercanía a Neptuno, puede que ahora prefiramos andar por la vía de en medio, que evitemos posicionarnos o que recurramos a la ambigüedad y la indefinición como una forma de ganar tiempo mientras buscamos más. Al fin y al cabo, el clima demanda escucha sensible, y mucha capacidad de adaptación!
Feliz Luna Llena y un abrazo grande! 🌕♑🌲🐻
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