Hola chichis!!! La noche del 26 al 27 de agosto se forma la Luna Nueva en Virgo, cuando el Sol y la Luna se unen en el grado 4 del signo, en cuadratura exacta a Marte. Días antes de este evento, el 24 de agosto, Urano entró retro, con lo que ya tenemos a todos los planetas lentos invitándonos a la integración y a la retrospectiva.
Con esto iniciamos un período de comprensión, encaje y ajuste de toda una serie de temáticas que se han movilizado a nivel social y contextual, y podríamos sentir que empezamos, poco a poco, a ubicarnos frente a los altibajos recientes.
Por ejemplo, si las últimas semanas algo reveló el carácter ilusorio de cualquier intento de control, o nos sentimos particularmente nerviosas o inquietas frente a algún asunto vertiginoso que se nos iba de las manos, ahora veremos cómo la aceleración empieza a decrecer. Y, desnudando al vértigo de todo eso que nos intimida, podremos observar qué estamos digiriendo verdaderamente, y por qué.
Iniciamos una transición
En este novilunio, podríamos descubrir que podemos resolver y reparar mucho más de lo que hubiéramos creído. Miramos adentro, detectamos necesidades irresueltas, e iniciamos un proceso de transición que, dentro de seis meses, fructificará en forma de resultados concretos. ¡Esta Luna Nueva rebasa iniciativa y renovación!
Virgo es un signo mutable, que propone analizar y pulir nuestra relación con el entorno, o la contribución que hacemos a lo que nos rodea, desde la apertura al aprendizaje y a la adaptación.
Con Virgo, acumulamos información, habilidades y técnicas que podamos aplicar en la búsqueda de soluciones. Tiene un carácter práctico, concreto y pulcro que invita mucho a la higiene mental y emocional.
La clave de lo pequeño
Generalmente, las personas pasamos un montón de tiempo tratando de anticipar y movilizar asuntos importantes de nuestra historia de vida, que a veces son tan grandes y abstractos que abruman. Pero esta lunación viene a recordarnos que cualquier cambio comienza por los detalles. Que cualquier andadura empieza con un pequeño paso. Y que la eficacia también requiere escoger con sabiduría qué está en nuestra mano y qué no. O qué es prioritario.
Si empezamos a escribir una novela y la queremos terminada para ayer, o si empezamos a estudiar un idioma, y nos fijamos solo en lo que nos queda por aprender, podemos desmotivarnos mucho. Siempre que Virgo se activa, viene bien recordar que es la práctica lo que hace a la maestra.
Más que buscar la confirmación de nuestras habilidades en un resultado final, Virgo propone que hagamos un plan realista con el que gestionar tiempos, espacios, energía y prioridades.
¿Cuánto tiempo diario o semanal podría dedicar a desarrollar mi novela, a estudiar esto, o a trabajar aquello otro?
Cumplir las expectativas en el presente
Del mismo modo, a veces imaginamos dónde queremos llegar a nivel de bienestar y vitalidad, y dibujamos una utopía idealizada allá lejos, en el futuro, esperando que algún día venga la genia de la lámpara a solucionarlo todo. Virgo es el signo de la mens sana in corpore sano, y está regido por Mercurio, el planeta de las caminantes.
Sé que está muy manido ya, pero con este novilunio viene bien repetirlo: el bienestar no es un fin, es una travesía. Un camino. Es algo que nos ocupa diariamente. Es un equilibrio precario, en el que mientras nos hacemos cargo de un aspecto, descuidamos otro. Es el malabarismo del día a día, en el que decidimos qué atender primero para mantener nuestra vida en orden, y para reforzar nuestro bienestar.
En la tarea infinita de vivir, que representa Virgo, jamás va a llegar ese momento ideal en que esté todo resuelto.
Siempre vamos a tener cosas en nuestra lista de tareas pendientes. Nunca será el momento perfecto en que todo esté alineado para dar el paso. Virgo, como signo mutable, propone que asumamos el reto de tantear el terreno sin preocuparnos excesivamente por el resultado.
¿Qué hábitos, costumbres, atmósferas, autoexigencias y recelos nos estancan? Cuando sentimos que algo está fuera de lugar, y observamos las cosas desde un punto de vista crítico, ¿es esa crítica algo que nos desencanta y paraliza, o es una crítica que hacemos con intención de las cosas se desarrollen, crezcan y mejoren?
Catalogando catástrofes
Como signo de Tierra, Virgo es amigo de la economización de fuerzas y recursos, como el tiempo, el espacio, la habilidad o el saber. ¿Es práctico que esté todo el día dando vueltas a un dilema colosal, o hay algo de lo que ya podría hacerme cargo, que podría favorecer mi calidad de vida, o la sostenibilidad de lo que me importa? Con este novilunio, observar dónde ponemos atención, y qué efecto nos causa eso, es fundamental.
Recientemente he leído y escuchado a mi alrededor muchos comentarios catastrofistas sobre el mundo en el que vivimos. Y sí. Hay un desencanto histórico evidente.
Virgo es un signo afín a los listados; su hobby es, muchas veces, enumerar todo lo que no funciona para añadirlo a la lista de tareas pendientes. Empezamos a contar: crisis ecológica, pandemia, inflación, guerra, distanciamiento, pérdida de derechos sociales, polarización, inmovilismo social y generacional, incertidumbre, y todo lo que cada una podría añadir a la lista a título personal. ¡Abruma!
Pero lo que sucede a veces es que hacemos el listado de catástrofes y desdichas y nos perdemos ahí emocionalmente.
Todas tenemos ya un listado de experiencias que le dieron la vuelta a nuestra vida en los últimos años. Pero, ¿qué hacemos, esperar a que lleguen los aliens, o el meteorito? ¿Utilizamos nuestro listado de dificultades para justificar el inmovilismo?
Y si, es que, para qué
Es curioso, pero a veces pasa que las personas nos apegamos a los conflictos. Tomamos lo que es difícil como un refugio que nos da permiso para soltar del todo o dejar de intentarlo. De hecho, hay fórmulas paralizantes que podríamos asociar al universo Virgo: y si. Es que. O el peligroso, ¿para qué?
Virgo es un signo funcional, resolutivo, virtuoso, eficaz. Pero como signo de Tierra, es insistente en sus métodos. Es muy de tropezar varias veces con la misma piedra, perder la fe y desencantarse muchas veces antes de comprender que hay otras formas, otras rutas.
Entonces, ¿con qué hemos estado tropezando una y otra vez? ¿Qué mina nuestra confianza en nuestras capacidades y posibilidades?
Si me obceco en resolver un cajón grande de problemas, como la crisis climática, o la desigualdad, puedo sentir que supera mis capacidades; puedo sentirme una hormiguita desamparada frente a fuerzas titánicas.
Pero, ¿realmente es cierto que "no podemos" hacer nada? Seguro, ¿hay varios detalles con los que puedo hacer algo, al menos en mi escala humana, en mi entorno? Así, con facilidad: desde el desapego. Involucrándonos, pero sin pretender cargar el peso del mundo a nuestras espaldas. Sin escudarnos en exigencias desorbitadas o en culpabilizaciones desubicadas.
El desencanto
El otro día, charlando con un amigo activista, sacó a relucir algo que siempre ha sido un lugar común en ciertos entornos: el mundo arde, pero la gente no se mueve. La culpa. La culpa es de la gente. De la otra gente. Y de repente sentí mucha pereza en esa conversación. Porque yo tengo mucha confianza en esa entidad abstracta, la gente.
Yo creo que cada cual hace lo que puede dentro de sus circunstancias. Para la mayoría de personas, mantener a flote los aspectos prácticos de la vida ya es un trabajo suficientemente quemante en este contexto. No solo los seres humanos: todos los seres vivos ubican como primera prioridad cubrir sus necesidades básicas para tener una vida más o menos digna. Y en esa búsqueda, a pequeña escala, cada cual contribuye al conjunto.
Si vamos a hacer críticas, que las críticas vengan con propuestas. De lo contrario, son solo lágrimas de cocodrilo. ¡O tronos de superioridad moral!
Los iluminados, los redentores y los salvadores del mundo pertenecen al universo Piscis. En la zona Virgo, todas hacemos el esfuerzo de relacionarnos con el medio concretando. Y eso es tremendamente poderoso.
Hablar las diferencias desde la bienvenida
En esta Luna Nueva, las luminarias hacen cuadratura exacta a Marte en Géminis. Además, Mercurio, el regente de todos ellos, ya se encuentra en Libra. Esto habla de orientar una multiplicidad de ideas, sentires y acciones hacia la búsqueda del equilibrio, la reciprocidad, el respeto y el diálogo civilizado.
Es hora de revolver las etiquetas que ponemos a las cosas y mirarlas por lo que son. Darnos un tiempo para analizarlas de nuevo bajo otra óptica. Comprenderlas.
Además, Mercurio, Marte y Plutón forman un gran trígono en este momento. En la capacidad de hablar, escucharnos y entendernos hay un increíble potencial para transformar y reverdecer el panorama. Lo que ofrece esto es la posibilidad de volver a creer en nuestro poder para intervenir en lo que nos rodea y hacer la diferencia. Pero sin abstracciones ni juicios.
Si tenemos algo que decir, o incluso algo que clamar, que sea con voluntad de llevarlo a la acción o de que tenga consecuencias; de asumir un plan que de forma práctica regenere las cosas.
Del experimento presente a la futurología
De forma interesante, desde agosto y hasta octubre, los tres planetas más lentos, Urano, Neptuno y Plutón, están ya dibujando, por primera vez, un gran séxtil. Una figura de aspectos espectacular, que volverá a formarse a mediados de 2023, y que tendrá un desarrollo muy largo, hasta 2029.
Ahora podríamos estar, precisamente, debatiendo y visualizando algunas de las propuestas más lúcidas de los últimos años. Ahí está la oportunidad de asomarnos a un atisbo de lo que podría llegar a ser el futuro.
Podríamos sentir que llega, suavemente y de forma discreta, un clic mental importante para nuestro futuro, camuflado bajo un montón de ruido y falsas soluciones que tendremos que ir despejando en los próximos seis meses.
Con este novilunio, empieza a desarrollarse un proceso de resolución frente a algo que nos resultó crítico y difícil. Lo que estamos sembrando ahora es un plan que nos haga justicia, que nos dé paz, que resignifique la lista de dificultades recientes para reciclarla en algo constructivo.
De hecho, Júpiter retro también hace un séxtil a Marte y una oposición a Mercurio. Es hora de revisar el discurso con el que nos hemos venido explicando nuestra trayectoria, y comprobar si la brújula que habíamos seguido marca el norte que necesitamos, o si su aguja está girando tan rápido que ya no parece visible. ¿Cómo podemos serenar la errática sed de crecimiento y expansión ilimitada, para concentrar fuerzas y tomar decisiones concretas que puedan orientarnos ya, en el presente?
Venus en Leo hace ya una oposición a Saturno y una cuadratura a Urano, dibujando una T cuadrada bastante tensionante. ¿Qué es lo que no estamos valorando suficientemente? ¿Qué potencial, qué talento, qué recurso podemos explorar que antes había quedado desatendido?
Una lunación para aprovechar
En conjunto, y de forma práctica, esta lunación propicia que demos comienzo a algo que inicialmente parece modesto y pequeño, pero que alberga mucho potencial para que abramos camino a un proceso de transición que nos saque de algún atolladero.
Puede ser comenzar un proyecto laboral o académico, revisar nuestra forma de poner en práctica ideas y soluciones, o sanear a qué dedicamos tiempo, y en base a qué motivaciones. Además, es una Luna Nueva muy reveladora, que trae algo así como una prueba del algodón, con la que detectamos las contradicciones y conflictos que suscitan los aspectos concretos de nuestra vida.
Es un momento en el que ponemos a prueba la coherencia entre lo que decimos y hacemos, o en que separamos el trigo de la paja para aplicarnos en cambios sencillos que mejoren nuestro día a día.
Alimentación, descanso, ejercicio, contacto con la naturaleza... ¿Nos damos regularmente el espacio para atendernos? También podríamos desencadenar un ajuste importante en la distribución de responsabilidades y tareas en espacios de trabajo o convivencia. En este sentido, lanzar la pregunta de quién dedica más tiempo a tareas comunes puede ser de gran ayuda. O qué responsabilidades delegamos en otra gente, y cómo afecta eso al equilibrio de nuestras relaciones.
También podría haber más movimiento en renegociaciones de acuerdos, salarios, horarios, derechos, compras y procedimientos burocráticos. Esta lunación también favorece que pongamos en valor nuestros intereses, hábitos y puntos de vista para dinamizar nuestra relación con nuestro entorno local.
Sería un momento excelente para formalizar alguna iniciativa con personas afines.
Crear un club de lectura o un foro de debate, sentarnos a escribir nuestras ideas, compartir nuestra opinión, apuntarnos en clases de danza o manualidades, proponernos aprender algo nuevo, o decidirnos a vencer resistencias y salir ahí fuera para probar alguna actividad que nos saque de lo de siempre.
Observa dónde cae el grado 4 de Virgo en tu carta natal. ¿Qué te dispones a comenzar en esa casa? ¿Qué puedes iniciar ahí dando un primer paso sencillo, que tenga el potencial de mejorar significativamente tus circunstancias?
Las tortillas y el sexo de los ángeles
Virgo es un signo independiente y autónomo, y encaja muy bien con el lema de "yo me lo guiso, yo me lo como". Es hora de poner en la olla los ingredientes que más nos nutran, y cocinar a fuego lento, con amor.
A propósito de esto, y para finalizar, os cuento una anécdota. Hace algún tiempo, un chef muy apasionado con su trabajo me dijo que, para cocinar, el ingrediente principal es la confianza. En el momento, su forma de decirlo me impresionó tanto que se lo comenté a una amiga psicóloga. Ella levantó los hombros, y dijo con su vocecita suave: "claro, pero todo es cuestión de confianza".
Me gusta pensar que la forma en que le damos la vuelta a una tortilla, por ejemplo, dice mucho de cómo afrontamos desafíos de otra envergadura.
Cuando estamos por darle la vuelta a la sartén, no ayuda mucho ponernos a pensar en la tortilla desparramada por la cocina, o en la tortilla quemada. Solo queda confiar, aplicarnos en esos pequeños actos de fe propios de Virgo. Por otro lado, ¿tan grave es que la tortilla se rompa y terminemos comiendo un elegante revuelto?
Además, la confianza para darle la vuelta a la tortilla se adquiere con la experiencia; se aprende. Y si no, que se lo digan a mi abuelita, la pobre, gran maestra tortillil. No hay tortillas perdidas en este mundo. Que se rompa hoy no quiere decir que no vaya a salir perfecta mañana.
Por último, también comentaros que si tenéis compañeras animales en casa, o si os gustan las plantas, esta Luna Nueva es una invitación a nutrir sus necesidades con todo el cariño del mundo. Les dais besitos de mi parte.
Un abrazo grande, chichis!!!
Feliz Luna Nueva!
ame el articulo muchas gracias
ResponderEliminarGracias Ava, mucha sabiduría y empatía en tus palabras.
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