Hola chichis!!! El 1 ó 2 de julio (dependiendo de dónde viváis) Saturno retrógrado regresa a su propio signo, Capricornio, donde se reunirá con Júpiter y Plutón para reactivar la triple conjunción en Capri.
La triple conjunción vuelve... si alguna vez se fue
Cada vez que un planeta lento cambia de signo la energía del clima astral incorpora una energía nueva, y esta es particularmente importante. ¿Por qué? Como ya hemos hablado muchas veces, la triple conjunción de Júpiter, Saturno y Plutón es un núcleo de energía que protagoniza el clima astral de todo este 2020.A pesar de que esta gran conjunción comenzó oficialmente el 12 de enero de 2020, con el primer contacto Saturno-Plutón, llevamos sintiendo sus efectos desde la segunda mitad del 2019. Y hasta diciembre de 2020 no afloja.
Saturno estará en su propio signo hasta el 17 de diciembre, y dos días después, Júpiter también abandonará Capricornio. En ese momento la triple conjunción se deshace oficialmente, pero aún viviremos el desarrollo de lo que comenzó este 2020 durante algunas DÉCADAS más. Eso sí, ¡sin esta densa sensación retante en la que estamos inmersas ahora!
La conjunción como final e inicio
Cada vez que hay una conjunción entre dos planetas lentos, un proceso se cierra y otro se abre. Las conjunciones son momentos de mucha tensión, porque son pura energía potencial. Las conjunciones cierran algo que venía de atrás y abren otra cosa, porque al fin y al cabo son como un momento semilla.El proceso de la triple conjunción es largo, e implica el cierre de tres ciclos planetarios muy importantes para temas colectivos: los planetas implicados tienen un trasfondo social e histórico de peso, y se dan en Capricornio, el signo que rige la historia, la ley, y lo que hemos consensuado que es la normalidad en este momento histórico.
A nivel colectivo, el cierre de estos ciclos planetarios se vive como el colapso de una normalidad que ya no tiene cabida en este mundo cambiante, y durante todo este año estamos como en el limbo, llenas de incertidumbre y miedos, porque aún no atinamos a ver qué carácter tendrá el nuevo ciclo planetario que comienza.
Pero algo está claro, y es que pocas cosas serán iguales cuando todo esto se desarrolle. Los cambios sociales y contextuales que nos pone por delante este 2020 tienen largo alcance. De hecho, lo que se siembra ahora se desarrollará durante, al menos, las tres próximas décadas.
El cambio, en fases
Este 2020 es un año que nos ubica en terreno de nadie, y podemos sentirnos sin suelo sólido bajo los pies. Por eso, vivimos este proceso desde diferentes aproximaciones. Ya hemos tenido una fase de shock, y entramos en otra de negación y apego al pasado. Pero después tendremos que afrontar la evidencia y buscar soluciones.Saturno entró en Acuario en marzo, para anticipar un primer sabor de lo que viviremos todo el 2021 y 2022. Durante ese tiempo que estuvo en Acuario, Saturno hizo por primera vez una cuadratura a Urano en Tauro, el aspecto clave de 2021, que nos invita a poner en conversación a lo viejo y a lo nuevo, para buscar alternativas desde las que reconstruir ingeniosamente la realidad.
¿Qué proyectos, alternativas y soluciones hemos estado barajando entre marzo y julio? Todo lo que hayamos intentado diferente puede quedarse, porque Saturno en Acuario nos dio un anticipo de eso en lo que podemos estar esforzándonos a partir de 2021.
Ahora, cuando Saturno entra de nuevo en Capricornio, tenemos a los tres titanes juntos, y retrógrados. Es la primera vez que los tres planetas hacen retrospectiva en el mismo signo desde hace hace mucho tiempo. Lo que nos plantean conjuntamente es un proceso de revisión intensivo de cómo hemos organizado el mundo, el tiempo y la productividad.
Al fin y al cabo, Capricornio es un signo práctico, e impacta de forma directa en nuestro estilo de vida, en nuestras perspectivas a futuro, en el sustento material, el sentido de seguridad y la adaptación a lo social.
La negación del problema: actuando con "normalidad"
Ahora las normas del mundo en el que vivimos están cambiando, pero con los tres planetas retrógrados yo creo que vamos a tener una tendencia a aferrarnos a la vieja normalidad.Neptuno en séxtil a los tres titanes colabora en ello: estamos en esa etapa del año en que, de forma colectiva, tenemos la ilusión de que corriendo un tupido velo sobre las evidentes transformaciones que tenemos entre manos, vamos a poder retrasar o ignorar la necesidad de buscar alternativas.
Yo lo veo en el lugar en el que vivo: la gente empieza a salir de sus casas, las empresas solicitan a la gente que vuelva a coger el transporte público para ir a trabajar, las tiendas y restaurantes reabren, los aviones despegan y las playas se llenan de turistas aglutinadas. ¿Qué puede salir mal?
Se trata de una reacción natural ante el shock de ver cómo nuestro mundo está amenazado por un cambio que no comprendemos: la negación.
Durante el tiempo en que los planetas de la triple conjunción estén retrógrados, va a haber ganas de negar el reto aferrándonos a la vieja normalidad, tratando de recuperar nuestras viejas costumbres, nuestras viejas ambiciones, y nuestras viejas estructuras.
La coherencia también entra directa
Puede que esta fase de negación un tanto reaccionaria dure más bien poco, porque las energías que hay en juego apuntan hacia la objetividad, y tarde o temprano tendremos que verla tal y como es. Ahí están las cifras de contagios, ahí están las cifras de la economía haciendo aguas, ahí están las estadísticas de cómo la política se destempla.La triple conjunción demanda de todas nosotras paciencia, resiliencia, y realismo. Y si no somos realistas, tarde o temprano llegará a nosotras algo en forma de destino, que nos fuerce a ver las cosas tal y como son.
¡Especialmente, esto ocurrirá cuando la triple conjunción entre directa! Algo que sucederá entre el 13 de septiembre y el 4 de octubre. En ese momento se nos cae la venda de los ojos; ya no podremos negar la evidencia de que las cosas no van a ser igual que antes.
Urano: fe en el progreso y fe en la humanidad
Los cambios que están teniendo lugar a nivel social durante este año no son reversibles. Lo de este año es un punto de inicio. Y cuando menos nos aferremos al pasado más energía podremos dedicar a imaginar posibilidades para salir del pozo.Ahí está Urano en Tauro invitándonos a ver las cosas de otra forma, a modificar nuestros valores, nuestra lógica económica, nuestras costumbres de consumo, nuestra relación con la naturaleza.
Y ahí está también el eje nodal en Géminis y Sagitario, demandando soluciones concretas que dejen atrás la tendencia a escondernos en grandes relatos o en grandes hedonismos.
¿Cómo nos afecta a nivel personal?
A nivel personal, mientras la triple conjunción esté retrógrada en Capricornio, es posible que regrese la retante sensación de que no somos dueñas de nuestro sentido del tiempo, o de nuestro futuro. Al fin y al cabo, este año hay una escisión entre el esfuerzo y los resultados, porque la lógica capricorniana está de cabeza. ¡Vamos a necesitar paciencia!Retrasos en asuntos prácticos, revisión de nuestros obstáculos más longevos, preguntas sobre dónde merece la pena que pongamos nuestros esfuerzos... A cada una le afectará más en la casa de su carta natal en la que caigan los últimos grados de Capricornio.
Pero, en cualquier caso, cuando menos nos aferremos a cosas que sabemos que no funcionan, ¡mejor! Porque podremos enfocarnos en algo constructivo y tantear posibilidades.
Espero que viváis todo esto con sabiduría. 😉
Un abrazo, chichis!!!
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