Hola chichis!!! Os habréis dado cuenta de que siempre escribo en femenino, tanto en las redes sociales como en mi blog. ¿Sabéis por qué?
Llevo escribiendo muchos años, en ámbitos muy distintos: académico, literario, personal... y nunca me había sentido tan libre y entera al escribir como cuando decidí hablar en femenino. Y no es en absoluto porque quiera excluir a mis lectores hombres, a los que tengo un enorme aprecio, y a los que estoy muy agradecida, ni porque considere que ser mujer implica necesariamente complicidad entre nosotras.
Sino porque yo misma, al escribir en femenino, me siento más honesta, y vivo el lenguaje como una aventura llena de sentido. Ha sido como descubrir un bálsamo para algo que me incomodaba y que ahora me hace sentir ubicada en un mundo diverso al que pertenezco. El mundo de todas.
Yo misma, al escribir "mujer de negocios", "jefa", "política", "pintora", "científica" o "exploradora" para hablar de temas generales y arquetípicos (como los que suele tratar la astrología), siento que mi imaginario se expande. Y eso está lleno de potencia, como una semilla de cambio. Y me doy cuenta de que, por mucho que creamos que no nos afectan esos "detalles" lingüísticos, importan. Importan mucho.
El imaginario es todo ese tejido vivo de imágenes, palabras, connotaciones y experiencias que filtran nuestra forma de percibir el mundo. Por eso, recursos como hablar en femenino, que nos ayudan a advertir la tradición patriarcal de nuestro imaginario y nos ayudan a revertirlo, son fundamentales para que podamos crear una forma de ver las cosas más amplia, y más coherente con lo que necesitamos.
Si no podemos imaginar el mundo de otra forma, en el que las mujeres tengamos un lugar legítimo, es imposible cambiarlo.
Y el lenguaje ayuda mucho, muchísimo, a imaginar y visualizar otras versiones de la realidad. Y a percibir partes de la realidad que parecían secundarias o menos importantes; subalternas. Necesitamos ver y reconocer el importante papel de las mujeres en el mundo. Sentir que también es nuestro.
Un cariñoso abrazo para todas. 💜
Llevo escribiendo muchos años, en ámbitos muy distintos: académico, literario, personal... y nunca me había sentido tan libre y entera al escribir como cuando decidí hablar en femenino. Y no es en absoluto porque quiera excluir a mis lectores hombres, a los que tengo un enorme aprecio, y a los que estoy muy agradecida, ni porque considere que ser mujer implica necesariamente complicidad entre nosotras.
Sino porque yo misma, al escribir en femenino, me siento más honesta, y vivo el lenguaje como una aventura llena de sentido. Ha sido como descubrir un bálsamo para algo que me incomodaba y que ahora me hace sentir ubicada en un mundo diverso al que pertenezco. El mundo de todas.
Yo misma, al escribir "mujer de negocios", "jefa", "política", "pintora", "científica" o "exploradora" para hablar de temas generales y arquetípicos (como los que suele tratar la astrología), siento que mi imaginario se expande. Y eso está lleno de potencia, como una semilla de cambio. Y me doy cuenta de que, por mucho que creamos que no nos afectan esos "detalles" lingüísticos, importan. Importan mucho.
El imaginario es todo ese tejido vivo de imágenes, palabras, connotaciones y experiencias que filtran nuestra forma de percibir el mundo. Por eso, recursos como hablar en femenino, que nos ayudan a advertir la tradición patriarcal de nuestro imaginario y nos ayudan a revertirlo, son fundamentales para que podamos crear una forma de ver las cosas más amplia, y más coherente con lo que necesitamos.
Si no podemos imaginar el mundo de otra forma, en el que las mujeres tengamos un lugar legítimo, es imposible cambiarlo.
Y el lenguaje ayuda mucho, muchísimo, a imaginar y visualizar otras versiones de la realidad. Y a percibir partes de la realidad que parecían secundarias o menos importantes; subalternas. Necesitamos ver y reconocer el importante papel de las mujeres en el mundo. Sentir que también es nuestro.
Un cariñoso abrazo para todas. 💜
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