¡Hola, chichis!! Ayer tuve algunas conversaciones muy interesantes sobre astrología mundial y me gustaría compartir con vosotras algunas interpretaciones de lo que está pasando en este momento histórico. ¿Por qué ahora vemos a lo largo y ancho del mundo una derechización de la política? ¿Qué podemos esperar al respecto?

Cuando Plutón, el planeta de los finales y las transformaciones, entró en el signo de Capricornio en 2008, la crisis económica desató sus consecuencias. Los poderes económicos internacionales, representados por Plutón, amenazaron la soberanía de los países imponiendo políticas de recortes y rescates a la banca a fondo perdido. La indignación que eso desató entre la población fue descomunal: hubo múltiples manifestaciones de protesta popular por todo el mundo que destaparon graves casos de corrupción y denunciaron la creciente desigualdad. Parecía una oportunidad de poner a los plutócratas en su sitio: en todos los rincones del globo, las estructuras del sistema se pusieron en jaque.
Con la entrada de Urano en Aries en enero de 2011, formando una cuadratura a Plutón, el cuestionamiento popular del sistema tomó forma para defender los derechos de todas. Fueron momentos de gran esperanza en los que vimos emerger el 15M, la primavera árabe, Occupy Wall Street... Mientras tanto, Saturno (el limitador) en el signo de Escorpio (el de los bienes compartidos) imponía la austeridad y el recorte.
Cuando Saturno entró en Sagitario, el signo de la política, en 2015, fue cuando empezamos a ver la dramática e inesperada derechización de la política en todo el mundo. Porque Saturno, como fuerza conservadora, ponía límites a los ideales y contenía las expectativas de cambio en forma de represión. Empezaron a airearse discursos que buscaban poner muros (Saturno) al mundo globalizado (regido por Sagitario). Y, horrorizadas, vimos una encadenación de sucesos reaccionarios que se oponían a la política social demandada por la población.
Vimos cómo la pérdida de soberanía que trajo la crisis económica se transformó en discursos nacionalistas que apelaban a las emociones de la gente. Y vimos con horror que funcionaban. 2016 fue un año nefasto: el Brexit en Reino Unido, Trump, Macri desbancando a Kirchner, Bolsonaro en la presidencia con Lula encarcelado, las múltiples ultraderechas europeas ganando escaños, las matanzas de Oriente Medio, la tensión diplomática dividiendo al mundo en bloques una vez más... Súbitamente, nuestros referentes políticos de izquierda perdieron poder. Algo dramático, sobre todo, en caso del continente americano. Pero también en Europa, en la que los partidos de izquierdas han desempeñado su labor a trompicones, marcados por la división interna, y los gobiernos sociales tienen ya una presencia residual.
Cuando Saturno entró en Capricornio en 2018, alineando las fuerzas políticas represoras con la voluntad de las fuerzas económicas regidas por Plutón, el discurso xenófobo, machista y agresivo ya era el pan de cada día. Los muros fronterizos (regidos por Saturno) ya son una parte destacada de la agenda política internacional. Además, hemos visto cómo se ha amenazado impunemente a los derechos de las mujeres, utilizando "lo femenino" para atacar al feminismo, cuestionando las leyes del aborto, defendiendo los vientres de alquiler, aplicando una justicia patriarcal, y demás barbaridades con las que ya lidiamos a diario. Solo han hecho falta 10 años de crisis para que resucitaran los viejos valores del fascismo.
Y es que, desde 2018, pero sobre todo en 2019, la entrada de Urano en Tauro "desactivó" de alguna forma la resistencia popular que habíamos experimentado durante las cuadraturas Urano-Plutón (pero, afortunadamente, ha dado más voz al ecologismo y al feminismo). No es casualidad que Urano estuviera en Tauro por última vez durante la Segunda Guerra Mundial: Tauro es tozudo, y da cabezazos hasta que consigue lo que quiere, sin medias tintas. Por eso vamos a ver todavía, y hasta 2026, cuando Urano ingrese en Géminis, expresiones destempladas y extremistas.
Después de habernos puesto en situación: desde julio de 2019 veremos una serie de eventos astrológicos de muchísima trascendencia que agravarán este historial hasta que Plutón, el que empezó toda esta transformación política, económica y social, abandone Capricornio en 2024. ¿Por qué desde julio? Porque Marte en Cáncer hace una oposición a Saturno y Plutón en Capricornio. Este aspecto solo tendría una importancia puntual si no fuera porque... esa oposición se da sobre los Nodos lunares, dando paso a un eclipse total de Sol el 2 de julio de 2019.
Los eclipses de Sol son una Luna Nueva especial, en la que la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, tapándolo. Generalmente es un momento de inicio, en el que comienza algún proceso. Y, sucediendo en Cáncer y en oposición a los pesos pesados de Capricornio, va a ser el inicio de un proceso político y social que modificará el sistema profundamente. Los procesos iniciados por los eclipses de Sol dejan ver sus consecuencias alrededor de seis meses después, cuando el Sol se encuentra justo en el grado opuesto al del eclipse.
Así que, si en diciembre de 2019 Júpiter también entrará en Capricornio, instaurando más neoliberalismo para solventar los problemas del sistema, perjudicándonos a todas para enriquecer a los de siempre, cuando el Sol se sitúe en Capricornio en enero del 2020 podemos esperar consecuencias bastante impactantes de todo el proceso de derechización y división social que hemos estado observando. Represión conservadora, tensiones entre la autoridad y el pueblo...
Consecuencias que se prolongarán durante cuatro años, hasta que en 2024 Plutón abandone Capricornio, dejándonos un mundo muy diferente del que teníamos cuando entró en el signo en 2008.
Capricornio y Cáncer son los signos astrológicos más relacionados con todo lo que teje la historia: lo social, lo político, lo económico y lo cultural. Así que, posiblemente, nos haya tocado vivir algo de suma importancia. Los últimos años hemos visto cómo se ha estado gestando el malestar, el enfrentamiento y la crispación social. A partir de julio, y especialmente a medida que nos acerquemos a diciembre y enero, podemos esperar titulares y sucesos más duros hacia la división social y los juegos de poder.
Para acabar me gustaría aclarar algo: este tipo de análisis astrológico puede resultar agorero. No dejes que te asusten este tipo de interpretaciones: asústate si acaso por los discursos retrógrados que ya protagonizan nuestros telediarios. Escuchamos y vemos cosas a diario que no habríamos creído posibles antes de 2008, y que amenazan radicalmente la democracia en todo el mundo.
Y recuerda: no nos hace falta la astrología para saber qué tenemos que hacer ante esos discursos: unirnos y luchar por la dignidad de todas. Porque las tensiones y conflictos no cesarán hasta que las estructuras sociales, económicas y políticas del mundo hayan integrado el cambio.

Cuando Plutón, el planeta de los finales y las transformaciones, entró en el signo de Capricornio en 2008, la crisis económica desató sus consecuencias. Los poderes económicos internacionales, representados por Plutón, amenazaron la soberanía de los países imponiendo políticas de recortes y rescates a la banca a fondo perdido. La indignación que eso desató entre la población fue descomunal: hubo múltiples manifestaciones de protesta popular por todo el mundo que destaparon graves casos de corrupción y denunciaron la creciente desigualdad. Parecía una oportunidad de poner a los plutócratas en su sitio: en todos los rincones del globo, las estructuras del sistema se pusieron en jaque.
Con la entrada de Urano en Aries en enero de 2011, formando una cuadratura a Plutón, el cuestionamiento popular del sistema tomó forma para defender los derechos de todas. Fueron momentos de gran esperanza en los que vimos emerger el 15M, la primavera árabe, Occupy Wall Street... Mientras tanto, Saturno (el limitador) en el signo de Escorpio (el de los bienes compartidos) imponía la austeridad y el recorte.
Cuando Saturno entró en Sagitario, el signo de la política, en 2015, fue cuando empezamos a ver la dramática e inesperada derechización de la política en todo el mundo. Porque Saturno, como fuerza conservadora, ponía límites a los ideales y contenía las expectativas de cambio en forma de represión. Empezaron a airearse discursos que buscaban poner muros (Saturno) al mundo globalizado (regido por Sagitario). Y, horrorizadas, vimos una encadenación de sucesos reaccionarios que se oponían a la política social demandada por la población.
Vimos cómo la pérdida de soberanía que trajo la crisis económica se transformó en discursos nacionalistas que apelaban a las emociones de la gente. Y vimos con horror que funcionaban. 2016 fue un año nefasto: el Brexit en Reino Unido, Trump, Macri desbancando a Kirchner, Bolsonaro en la presidencia con Lula encarcelado, las múltiples ultraderechas europeas ganando escaños, las matanzas de Oriente Medio, la tensión diplomática dividiendo al mundo en bloques una vez más... Súbitamente, nuestros referentes políticos de izquierda perdieron poder. Algo dramático, sobre todo, en caso del continente americano. Pero también en Europa, en la que los partidos de izquierdas han desempeñado su labor a trompicones, marcados por la división interna, y los gobiernos sociales tienen ya una presencia residual.
Cuando Saturno entró en Capricornio en 2018, alineando las fuerzas políticas represoras con la voluntad de las fuerzas económicas regidas por Plutón, el discurso xenófobo, machista y agresivo ya era el pan de cada día. Los muros fronterizos (regidos por Saturno) ya son una parte destacada de la agenda política internacional. Además, hemos visto cómo se ha amenazado impunemente a los derechos de las mujeres, utilizando "lo femenino" para atacar al feminismo, cuestionando las leyes del aborto, defendiendo los vientres de alquiler, aplicando una justicia patriarcal, y demás barbaridades con las que ya lidiamos a diario. Solo han hecho falta 10 años de crisis para que resucitaran los viejos valores del fascismo.
Y es que, desde 2018, pero sobre todo en 2019, la entrada de Urano en Tauro "desactivó" de alguna forma la resistencia popular que habíamos experimentado durante las cuadraturas Urano-Plutón (pero, afortunadamente, ha dado más voz al ecologismo y al feminismo). No es casualidad que Urano estuviera en Tauro por última vez durante la Segunda Guerra Mundial: Tauro es tozudo, y da cabezazos hasta que consigue lo que quiere, sin medias tintas. Por eso vamos a ver todavía, y hasta 2026, cuando Urano ingrese en Géminis, expresiones destempladas y extremistas.
Después de habernos puesto en situación: desde julio de 2019 veremos una serie de eventos astrológicos de muchísima trascendencia que agravarán este historial hasta que Plutón, el que empezó toda esta transformación política, económica y social, abandone Capricornio en 2024. ¿Por qué desde julio? Porque Marte en Cáncer hace una oposición a Saturno y Plutón en Capricornio. Este aspecto solo tendría una importancia puntual si no fuera porque... esa oposición se da sobre los Nodos lunares, dando paso a un eclipse total de Sol el 2 de julio de 2019.
Los eclipses de Sol son una Luna Nueva especial, en la que la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, tapándolo. Generalmente es un momento de inicio, en el que comienza algún proceso. Y, sucediendo en Cáncer y en oposición a los pesos pesados de Capricornio, va a ser el inicio de un proceso político y social que modificará el sistema profundamente. Los procesos iniciados por los eclipses de Sol dejan ver sus consecuencias alrededor de seis meses después, cuando el Sol se encuentra justo en el grado opuesto al del eclipse.

Consecuencias que se prolongarán durante cuatro años, hasta que en 2024 Plutón abandone Capricornio, dejándonos un mundo muy diferente del que teníamos cuando entró en el signo en 2008.
Capricornio y Cáncer son los signos astrológicos más relacionados con todo lo que teje la historia: lo social, lo político, lo económico y lo cultural. Así que, posiblemente, nos haya tocado vivir algo de suma importancia. Los últimos años hemos visto cómo se ha estado gestando el malestar, el enfrentamiento y la crispación social. A partir de julio, y especialmente a medida que nos acerquemos a diciembre y enero, podemos esperar titulares y sucesos más duros hacia la división social y los juegos de poder.
Para acabar me gustaría aclarar algo: este tipo de análisis astrológico puede resultar agorero. No dejes que te asusten este tipo de interpretaciones: asústate si acaso por los discursos retrógrados que ya protagonizan nuestros telediarios. Escuchamos y vemos cosas a diario que no habríamos creído posibles antes de 2008, y que amenazan radicalmente la democracia en todo el mundo.
Y recuerda: no nos hace falta la astrología para saber qué tenemos que hacer ante esos discursos: unirnos y luchar por la dignidad de todas. Porque las tensiones y conflictos no cesarán hasta que las estructuras sociales, económicas y políticas del mundo hayan integrado el cambio.
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